El boom de las pancherías y la comida rápida en San Luis
En los últimos años, la gastronomía sanluiseña dio un giro hacia lo “instantáneo”. Cada vez son más los locales que ofrecen “comida al paso”, generando una variedad de opciones a los que buscan “agilidad y precios”.
El buen comer habilita miradas y análisis “prácticamente sociológicas” hacia las transiciones culturales del paladar. De la misma manera en que las personas se adaptan a nuevas transiciones rutinarias, la comida parece adecuarse a las demandas de la gente.
Las largas jornadas laborales, los horarios escolares y el ritmo de vida vertiginoso, provocan la necesidad de platos “rápidos, ricos en calorías y económicos”.
Si los panchos, chorilomos, papas fritas, lomitos y sándwiches no son buenos para la salud, será motivo de estudio para los expertos; lo cierto es que en la actualidad puntana, “son el boom elegido”.
Para entender las razones de estos cambios y cómo es “la movida” de las pancherías y locales “fast food”, elchorrillero.com habló con los protagonistas de la “nueva moda”.
El local “Dame un Pancho”, ubicado por calle Junín frente a la Plaza Pringles, es un lugar específico para degustar salchichas acompañadas del pan fresco, salsas y aderezos. Asimismo las exigencias del público, generaron la necesidad de anexar hamburguesas.
Allí trabaja una joven de apellido Pereira. Ella mencionó que la comida rápida “está en auge” y se debe a “los precios y la rapidez a la hora de la espera”.
Chicos que salen del colegio, familias que viajan desde el interior, empleados del correo y taxistas, son algunos de los clientes más frecuentes.
“El caso de los taxistas es particular, ellos buscan que uno prepare las cosas lo antes posible, para poder seguir en sus obligaciones”, explicó mientras agregaba salsa picante al pancho que esperaba una mujer, que entreveía sus ansias de degustarlo.
Además recordó que “el cambio no es sólo gastronómico”, sino que se “modificaron” las relaciones sociales. El romanticismo, el cine, un helado o la invitación a “tomar algo” para los primeros encuentros románticos, son concepciones transgredidas por los puntanos, quienes para ello eligen las pancherías.
“Usualmente vienen muchas parejas a modo de primera cita”, aseguró Pereira.
Por otra parte, resaltó que “cambió el modo de comer” con las variedades de productos y elaboraciones para acompañar las salchichas. En la actualidad la elección más frecuente es “el superpancho con lluvia de papas y salsas”.
“Se come y se engorda bien”, agregó con algunas risas.
Pero en este “boom”, las necesidades de los clientes han variado el enfoque de los menús, al punto de generar locales específicos que brindan productos para cada gusto.
El comercio Subway, ubicado en calle San Martín, frente a la plaza, ofrece “comidas frescas”, sándwiches de pollo, vegetales, jamón y carne, con la premisa de “esperar sólo 5 minutos para comer”.
Kenia, una joven venezolana que trabaja desde hace un año y medio en la provincia, manifestó en sintonía con Pereira que “muchos asisten para llevar adelante su primera cita”.
También indicó que “aumentó la demanda”, especialmente en los horarios de salida de colegios y trabajos. Asimismo mencionó que “es común ver gente almorzando a las 17”.
Esta franja horaria, coincide con todos los lugares consultados, lo cual infiere en un giro de las jornadas puntanas.
La instantaneidad que buscan las personas es tal, que “la mayoría elige el plato del día”, sin “pensar demasiado en otra alternativa”.
“Esto es como una moda, atrae la comida fresca y muy rápida”, aseveró Kenia.
“También algunos vienen a celebrar el día del migo, del amor, o simplemente un momento para compartir, la gente de San Luis es muy chévere”, agregó.
El centro de la capital parece ser la zona de los fast food, ya que en la misma calle pero frente al Banco Nación, se encuentra el local “Jony Deeps”, un espacio que ofrece comida al paso, que va desde el pancho, las papas fritas hasta los chorilomos.
Cristian, quien trabaja en el lugar, explicó que en la ciudad “hay una gran demanda por una cuestión de tiempo”. El público que asiste abarca “todas las edades” y la atención se desarrolla durante las 24 horas.
“Viene mucha gente del interior que luego de hacer sus trámites, se toman un momento para descansar y disfrutar de un buen plato. Todos comparten tranquilos y disfrutan de la libertad para decidir las variedades que ofrecemos”, expresó.
Luego aseveró que “si el pancho no lleva papas, no es pancho” y al parecer la postura es tal, que los clientes no lo compran si faltan “las fritas”.
Cada espacio consultado destacó que en la actualidad, “el arte de comer un pancho” no se reduce a una salchicha con mayonesa y pan, sino que se anexan papas fritas y salsas.
Estas le otorgan al producto un sabor diferente, y especialmente “personalizan” el alimento. De acuerdo a los gustos de cada uno, el cliente elige los productos creando así “un pancho a medida”.
“Los puntanos optan por la salsa criolla o la de jamón y queso”, aseguró Cristian. Asimismo invitó a explorar nuevas sensaciones eligiendo otras alternativas: “En San Luis somos tímidos porque nos da la sensación de que no nos va a gustar, pero cuando probamos nuevos sabores los volvemos a elegir”.
Sobre la misma calle, entre Belgrano y Ayacucho, se encuentra "Mc Pancho". Horacio, empleado del comercio, indicó que “las ventas subieron por los bajos precios y la agilidad”.
“A todo el mundo le conviene gastar poco, $25 el pancho, $30 si se elige con gaseosa, sumado a los aderezos tradicionales y el pan especial, es una buena opción”, detalló en torno a sus ofertas.
Además coincidió en que son el “nuevo espacio romántico” de la ciudad. “Te cansás de ver parejas, que gracias a Dios nos eligen”, puntualizó.
En el contexto diario de la comida, las necesidades personales relativizan las concepciones del gusto, de los horarios para el almuerzo o la cena y la opción de encuentro con amigos, familiares y parejas.
Muchos optan lo instantáneo antes que un café en la peatonal, otros prefieren regalar un pancho antes que una salida al cine, y algunos no tienen alternativa ante sus complicadas agendas.
Lo cierto es que en San Luis, jóvenes y no tan jóvenes “eligen la comida al paso”, sumando una “llamativa alternativa” al registro gastronómico de la ciudad.