Chile despenaliza el aborto para tres tipos de casos
El procedimiento será legal si el embarazo fue producto de una violación, si hay inviabilidad fetal y si existe riesgo de muerte de la mujer.
Después del apoyo mayoritario en el Congreso, el Tribunal Constitucional de Chile ratificó hoy la legalidad del proyecto que despenaliza el aborto en tres tipos de circunstancias y dio por finalizada la batalla judicial impulsada por la oposición. A partir de ahora, la presidenta Michelle Bachelet, quien impulsó esta emblemática iniciativa, podrá promulgarla como ley, informó el portal de noticias TN.
El fallo, que se convirtió en una victoria política para la mandataria, permite abortar en caso de inviabilidad fetal, riesgo de muerte de la mujer y en caso que el embarazo sea producto de una violación. El tribunal, luego de escuchar a más de 130 organizaciones, rechazó por seis votos contra cuatro los requerimientos de senadores opositores. Los legisladores de la coalición de derecha "Chile Vamos" habían presentado dos recursos al organismo autónomo del Estado porque consideraban que la despenalización era inconstitucional.
"Nos alegra muchísimo este dictamen. Este fallo en definitiva lo que hace es sacar a Chile de una vez por todas de la lista del grupo de vergüenza que todavía criminalizaban el aborto sin ninguna excepción", aseguró Ana Piquer, directora ejecutiva de Amnistía Internacional, en declaraciones para la agencia Reuters. En la misma línea, la Mesa de Acción por el Aborto resaltó que este es un "hito histórico que responde a la lucha de las feministas y de las organizaciones de derechos humanos".
Según una encuesta del centro de estudios Cadem, el 71% de los chilenos está a favor del proyecto. Aunque las facciones conservadoras continúan oponiéndose. En las afueras del tribunal, las manifestaciones de ambos lados de la iniciativa se hicieron escuchar con pancartas, banderas y -en el caso de las organizaciones provida- muñecos de plástico que representaban a fetos.
Hasta 1989 y por más de 50 años, el aborto estuvo permitido en Chile en casos de peligro para la madre o inviabilidad del feto. Pero antes de dejar el poder y por presiones de la Iglesia, el dictador Augusto Pinochet (1973-1990) lo prohibió y su práctica es todavía castigada con penas de cárcel.