“Poesías pendientes” en la noche de los silenciosos

“Palabras detenidas en las banquinas, bajo las alfombras y en los silencios: palabras para nombrar nuestras muertes sucesivas, lo amputado, lo que nos busca, el moho de nuestros sueños; lo que esperamos sin fe, nuestras utopías extraviadas. Nuestras poesías pendientes”, cuenta el programa del espectáculo, en la otra hoja, los nombres de los autores e intérpretes que subieron a escena.

El público llegó a las 21 a La Sala del Centro Cultural José la Vía para escuchar poesía, es la primera vez que repiten un cierre de ciclo, “esto además sirvió para que ingresaran nuevos talleristas, para un movimiento, una depuración de la obra también, es una experiencia muy rica”, sintetizó Bonfiglioli en un contacto que mantuvo con elchorrillero.com.

Viviana les pidió a los alumnos que eligieran textos en primera persona, con diferentes tópicos, en formato de poesía, de cuento, de mini ensayo, “eso los llevó a exponerse, a actuar de sí mismos, varios tomaron el tema del tiempo, está a lo largo de la obra, pareciera que eso define algo diferente y eso quisimos poner en relieve, la vivencia personal”.

Joaquín Facini es uno de los alumnos del taller, comenzó en octubre de 2017, sobre su experiencia relata que escribir le ha gustado siempre pero que su incursión en los “Silenciosos” fue tras un viaje de cuatro meses como mochilero.

“Empecé a escribir en verso y quise armarme un poco más, aprender, en el taller hay diversidad de edades, estilos de vida y a veces Viviana dispara una consigna y llegamos a mundos completamente diferentes, eso es magia”, describió Joaquín.

Sobre su experiencia arriba del escenario, el joven añadió: “Escribimos para nosotros mismos que somos nuestro principal público pero algún texto por ahí te gusta un poco más, lo querés compartir”.

Sobre la inquietud con la que se acercan las personas al taller, la artista señala que cualquiera puede acceder (más información al 2664340397), se acercan lectores que nunca escribieron, gente que escribe, otros que ni leen ni escriben, “pero todos tienen algo en común: han sido trabajados por la vida y aparecen cuando ya necesitan expresar su visión del mundo y de la vida, eso es lo que yo necesito, que ya hayan salido a buscarse”.

Viviana añade que los talleristas buscan herramientas para escribir mejor y que ella se las proporciona, pero que eso está por detrás de su verdadero objetivo: “lograr que la persona vaya hacia su propia cantera, sus propios abismos, sus propias cuevas, ahí está lo que vamos a trabajar en los textos, lo que vamos a extraer, eso lo trae cada uno, en todo caso yo los proveo de alguna linterna o pico para que caven hacia adentro”.

Nota y fotos: Cecilia Sosa