Rodríguez Saá cerró el 2017 con las cuentas en rojo: el déficit fue de casi $846 millones
Para poder hacer frente al gasto, el Gobierno de San Luis liquidó todos sus ahorros en títulos públicos y registró una deuda de casi $4.000 millones. El impacto del gasto electoral en la salud de las finanzas.
Alberto Rodríguez Saá ya no puede hacer gala de la “escuela de administración” como sostén del promocionado “modelo San Luis” porque la Cuenta de Inversión del año pasado arrojó un déficit de más de $845 millones, como consecuencia del fuerte crecimiento de los gastos fiscales.
La presencia de déficit encuentra explicación en el fenomenal gasto político/electoral que hizo el Gobierno al abrir el grifo para atender las demandas de las elecciones.
Las declaraciones que hizo Rodríguez Saá cuando despuntaba el año al diario Página 12 resultaron ciertas, según se desprende de la Cuenta de Inversión que muestra la situación de las cuentas del Estado provincial.
“San Luis está a punto del default”, dijo el 25 de febrero el actual gobernador al matutino porteño. De inmediato tanto el propio Rodríguez Saá como sus funcionarios intentaron desdecirse y rectificar las expresiones sobre la salud de las finanzas públicas.
“La realidad confirma el desmanejo y la administración irresponsable del erario provincial”, advirtieron analistas al revisar la Cuenta de Inversión que ya ingresaron a la Cámara de Diputados para su aprobación.
Los gastos del año 2017 superaron sensiblemente los recursos que ingresaron en el período.
Los recursos ascendieron a $26.681.524.908 lo que representa un incremento interanual en orden del 29,94%. Una buena performance, especialmente considerando que el incremento de los ingresos superaron el nivel de la inflación puntana estimada en 24,3% de acuerdo a la Dirección Provincial de Estadísticas y Censos de San Luis. Las transferencias automáticas del Estado Nacional alcanzaron un record histórico.
El gran desvío se encontró en los gastos públicos. Los mismos ascendieron a $27.527.261.176 lo que representa un crecimiento del 58,1% con relación al 2016. De esta forma el crecimiento de los gastos prácticamente duplicó al crecimiento de los recursos, lo que no podía terminar en un escenario distinto al avizorado, un fuerte déficit fiscal, en orden de los $845.736.268.
Rodríguez Saá gastó un 26,68% más de lo autorizado en el presupuesto sancionado por la Legislatura.
La calidad del gasto también es preocupante. Solamente el 38,31% fue destinado a los gastos de capital o de inversión. Pero a poco de adentrar en el análisis se observa que muchos gastos corrientes fueron considerados como gastos de inversión, por lo que, el porcentaje destinado a estos últimos resulta mucho menor a aquel informado.
En obras públicas se invirtieron solamente $3.409 millones, lo que representan un 12,38% del total de los gastos. Por supuesto, la mayor parte de este monto se lo llevó el mega parque “La Pedrera” ($953 millones, en 2017, según lo declarado).
Como era de esperarse el gasto político fue la razón del déficit, que los últimos 4 meses del 2017 se llevaron más de $3.200 millones, en las partidas representativas de subsidios que discrecionalmente distribuían los ministros y secretarios de estado, y de los distintos planes sociales.
Los créditos presupuestarios que perseguían una verdadera finalidad social, fueron exageradamente ampliados para hacer frente a un gasto electoral maquillado como gasto social, herramienta que se echó mano para revertir la derrota de las PASO del 13 Agosto de 2017.
Así fue que en 2017 se vendieron la totalidad de los títulos públicos que disponía el Gobierno provincial, por un valor contable de $2.424.354.562 con más la diferencia de cotización e intereses. Al cierre del año 2017, San Luis no contaba con inversiones en títulos, dado que se liquidaron para hacer frente al exceso de gastos.