Diputados dio media sanción al proyecto de ley sobre el uso terapéutico del cannabis
La propuesta se aprobó por unanimidad y pasó al Senado para su tratamiento definitivo. El autocultivo, eje no integrado al proyecto.
La ley tiene como objetivo “instaurar la regulación del uso con fines médicos y terapéuticos de la planta de cannabis y sus derivados”, y la provisión gratuita del aceite a las personas que necesiten de su administración.
La norma quiere promover y garantizar “activamente el cuidado integral de la salud” a través de la creación de un programa que funcionará bajo la órbita sanitaria del Estado provincial y que incluirá a los pacientes que requieran de dicha provisión.
Desde ese organismo, según señala el proyecto en su artículo Nº3, se emprenderán “acciones de promoción y prevención”; también medidas de concientización dirigidas a la población en general y se marcarán lineamientos para el correcto uso del cannabis y sus derivados. Además se garantizará el acceso gratuito del aceite de cáñamo y demás derivados a todas las personas que se encuentren en condiciones de utilizarlo.
Por otra parte pretende “respaldar la participación e incorporación voluntaria de todos aquellos pacientes que exterioricen las patologías por las cuales será necesario el uso medicinal del cannabis y sus derivados, y que estén avalados por la autoridad de aplicación o por el profesional médico que así lo indique y de sus familiares”.
La autoridad de aplicación será creada por el Poder Ejecutivo Provincial y funcionará dentro de la órbita del ministerio de salud. Desde allí se controlará y supervisará, como así también se regulará el uso.
La autoridad de aplicación podrá realizar todas las acciones, gestiones y tareas para garantizar la provisión de los insumos para todas aquellas personas que necesiten hacer uso medicinal o terapéutico del cannabis y sus derivados.
Así es que dicho organismo podrá autorizar la compra del aceite de cáñamo y demás derivados del cannabis a todas las personas que se encuentren en condiciones de utilizarlo, en conformidad a lo establecido por la reglamentación en vigencia.
La ley determina que la provisión “será gratuita para quienes se encuentren incorporados al programa y que reúnan las condiciones y requisitos indicados”.
El artículo Nº 11 es el que establece la incorporación al sistema de salud pública “el medicamento paliativo aceite de cannabis y otros derivados de la planta para el tratamiento médico de: convulsiones, crisis motoras, dolores crónicos, náuseas y vómitos derivados de quimioterapias y otras afecciones relacionadas con enfermedades tales como: epilepsia refractaria, síndrome de West, síndrome de Dravet, cáncer, sida , esclerosis múltiples, autismo y enfermedades psiquiátricas como: esquizofrenia, entre otras”.
Los fundamentos
Si bien la sanción fue unánime este miércoles, estuvo atravesada por una serie de divergencias entre quienes separaron la concepción del uso medicinal por sobre el consumo recreativo y los que remarcaron la necesidad de la apertura del debate por la legalización desde un punto de vista más abierto.
La miembro informante Lucrecia Santos de Ceratto, indicó que tras el análisis en las comisiones de Salud y Asuntos Constitucionales, resolvieron la votación unánime para el proyecto que comprende una serie de modificaciones a un documento que ingresó en el 2017 y otro de este año.
“Indudablemente es una necesidad, son muchos los hombres y mujeres que vinieron a preguntar y solicitar (la ley). Tenemos que comprender que (la marihuana) no cura, sino que alivia el dolor, debemos pensar que debe ser muy triste ver morir en medio de dolores a los seres amados o no poder aliviar el de aquellos que lo sufren”, fundamentó.
En ese sentido agregó que la eficacia terapéutica del cannabis está demostrada por la estadística, aunque explicitó su postura adversa al debate por la legalización desde un punto de vista recreativo: “No podemos dar libertad plena a todo, tenemos que adherirnos y proteger a nuestra población de la marihuana en forma general”.
Posteriormente se refirió a una serie de hechos que describen las distintas etapas en la historia del uso de los fines terapéuticos de la marihuana y los diversos tipos de productos, tales como alimentos, vaporizadores, aerosoles orales y cápsulas.
También enunció un análisis que la Universidad de Colorado elaboró en 2015 y que arrojó que el 85% de casos de migraña se reducían con el uso medicinal del cannabis. Finalmente especificó que hay que tener en cuenta que “es muy reciente” el debate, con lo cual “hay que profundizar en la investigación”.
“Hablamos con la persona encargada de Laboratorios Puntanos y me explicó que la Anmat no permite aún el cultivo”, añadió sobre la elaboración del producto en San Luis.
Por su parte Daniel González Espíndola sostuvo que el objetivo que mantuvieron para aprobar la ley es “garantizar a cada paciente que necesita la medicina, que puedan tenerla”. Así y en base a los testimonios, pudieron vislumbrar “cómo cuesta conseguirlo” y las “trabas de las que ha sido parte el Estado” para su obtención.
“El dolor no puede ser tratado con otra medicina o no tienen efecto otros fármacos. Creo que es un paso importante para enfrentarlo con seriedad y garantizar que los pacientes no solo tengan este derecho, sino la garantía de que se ejecute”, explicó.
En la misma línea remarcó que esta garantía no sólo se materializará con los convenios que deberá realizar el Estado provincial, sino que además se estableció el suministro gratuito para quienes no tengan medios para adquirirlo.
Por otra parte describió que en el artículo que establece las patologías que podrán tratarse con estos métodos, se agregó que el ministerio de Salud de San Luis podrá agregar más enfermedades en la medida de lo que resuelvan los especialistas, para que en el futuro no se deba elaborar una nueva declaración de patologías.
El diputado por Cambiemos Alejandro Cacace, dio sus referencias desde el punto de vista constitucional y resaltó que no concuerda con la minimización del debate por la legalización más allá de lo medicinal, porque la Constitución Nacional establece en su artículo 19 un fuero de reserva en la intimidad, haciendo factible la libertad de las personas para elegir.
Además recordó que en el fallo “Arriola” (2009) de la Corte Suprema de Justicia, se indicó que “se debe despenalizar el consumo, no sólo medicinal sino también recreativo”. Incluso describió que otros fallos posteriores en diferentes provincias del país establecieron la legalidad del autocultivo del cannabis.
“La razón por la que no se lo ha incluido es porque es materia del Congreso de la Nación (…)”, puntualizó.
Entre otros de sus fundamentos explicó que en una conversación que mantuvo con el expresidente de México Ernesto Zedillo, entendió que a partir de las experiencias de países latinoamericanos que enfrentan problemas con el narcotráfico, “proponen la despenalización porque consideran que es mejor estrategia que la prisión de los consumidores”.
Luego remarcó que hay otros casos que incluso plantearon la despenalización en referencia a otros estupefacientes y de este modo es un debate que “está y debe concretarse”.
También hizo mención a su propuesta de no circunscribir a un listado de enfermedades establecido y cerrado ya que la ciencia avanza y se pueden sumar nuevas patologías a tratar con cannabis. Cacace aseguró que si un profesional médico o autoridad de aplicación no tiene la posibilidad de añadir nuevas enfermedades, se creará “burocracia”.
El autocultivo, eje no integrado al proyecto
Los legisladores explicitaron que no tienen facultades para determinar normativas en este caso, pero la ilegalidad del autocultivo es un hecho que puede traer complicaciones a las familias que lo precisan.
Según explicó Carolina Klekner quien integra la Asociación Libre Acción Puntana, no es sencillo conseguir el aceite de cannabis, razón por la que muchas mamás cultivan sus plantas a riesgo de problemas legales.
Ella lo vivencia en carne propia, ya que cultiva para tratar el síndrome de Rett que padece su hija Krista (4): “Su enfermedad es una mutación genética que no tiene cura ni tratamiento, empecé a darle (aceite de cannabis) porque tiene convulsiones, párkinson, varias enfermedades juntas”.
Por esa razón se acercó a la Cámara Baja puntana, buscando que escuchen su postura y traten de integrar una solución. “Yo soy cultivadora ilegal, gracias a Dios no he tenido problemas pero los puedo tener, no se está contemplando el autocultivo y así podemos ir presas por tener plantas”, manifestó.
Klekner describió que la necesidad de cultivar surge a raíz de lo ilegal de la marihuana, ya que quienes pueden proveer el producto no garantizan que los procesos de elaboración sean correctos o que la calidad sea acorde a las necesidades: “Si se compra en estas condiciones, no se sabe que le ponen adentro”.
“Ella no habla, no camina, no ha podido avanzar mucho en su vida, gracias al aceite sonríe. Vinimos a hablar con los diputados porque sabemos que se está por tratar una ley que no los favorece a ellos, ni a nosotros ni a nadie”, concluyó.