Bárbara Córdoba negó ser empleada estatal en Mendoza: “No cobro desde 2011”
La modelo que actualmente reside en Miami, en 2009 comenzó a trabajar como empleada administrativa en la exsubsecretaría de Trabajo de Mendoza y permaneció allí tres años.
Córdoba sostuvo que cesó de trabajar para el Estado en 2011, pero siete años después, según el decreto 1801 firmado el 25 de octubre por el gobernador Alfredo Cornejo, ese año le abrieron un sumario por inasistencias en su puesto como administrativa contable en la Subdirección de Contabilidad y Presupuesto y recién en 2014 dejaron de pagarle.
Córdoba aclara que nunca presentó una renuncia formal pero que dejó de cobrar su sueldo cuando dejó de trabajar. "Yo simplemente dejé de ir a trabajar. Nunca renuncié porque me fui en muy malos términos con ese gobierno. Entonces lo que me llama la atención es que ahora digan que yo cobraba un dinero que no es cierto. Me fui en malas condiciones por mis autoridades en ese momento, allí sufrí hostigamiento laboral y daño psicológico", contó la actual modelo y conductora de TV.
"Yo no he recibido depósitos del gobierno de la provincia de Mendoza desde 2011 en adelante y nadie tampoco pudo haber ido a cobrar nada por mi ni en mi nombre porque esa cuenta, que es la del Banco de la Nación que el gobierno brinda para cobrar está conectada con la cuenta del Gobierno de la Provincia, entonces eso es completamente imposible", explicó Bárbara.
"Si el Gobierno resolvió en 2018 algo que era de 2011, no es mi culpa", se defendió en la entrevista la modelo desde Miami. "Ni siquiera vivo en el domicilio en el que ellos debieron notificarme de esto", concluyó Córdoba.
El comunicado para aclarar la situación:
Mentir, sin importar el daño.
A partir de informaciones periodísticas maliciosas e infundadas que circularon en diferentes medios de comunicación en el día de hoy y que difaman mi buen nombre, me veo en la necesidad de aclarar la situación.
Soy, sin lugar a dudas, una víctima más de lo que hoy conocemos como “FAKE NEWS”. Una noticia falsa, que se difunde sin ningún tipo de corroboración periodística, sin acudir a la fuente y sin asidero real y que tiene, como único objetivo, inducir al error.
No se tuvo en cuenta al publicar lo publicado, lo más importante en una información, que es la búsqueda de la verdad. Ni tampoco, el desprestigio ocasionado a mi imagen y el daño, que se le provoca a mis seres queridos.
Trabajo a diario. Mucho. Lo hice SIEMPRE y me ha ido mejor o peor pero NUNCA, actué por fuera de la Ley.
Desde el año 2011 no pertenezco a ningún organismo estatal de mi provincia, ni he cobrado remuneración alguna. Desconozco los trámites administrativos que llevaron al estado provincial a darme de baja recién 7 años después de mi partida. Es potestad del empleador y no mía como empleada, concretar mi desvinculación formal.
Insisto, desde el 2011 no percibo sueldo alguno de parte del gobierno mendocino.
Pese a lo mucho que me afecta la mentira difundida, lo que más me entristece es la impotencia que me genera una situación tan injusta. Alguien, sin chequear la veracidad de la información, publica un dato completamente falso y debe ser la víctima, quien demuestre su inocencia.
“Copiar y pegar” está muy lejos de lo que se enseña en las Facultades de Periodismo y quienes dicen practicar una profesión de tanto impacto social, deberían tenerlo siempre presente.
No es tan difícil chequear…y menos aún, si se puede lastimar a alguien por no hacerlo.
Hoy me tocó a mí… mañana quien sabe.
Barbara Córdoba