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Mientras la inseguridad no para, en la cúpula policial se profundiza una crisis

En la semana que terminó los hechos delictivos volvieron a entrar en escena y encendieron una alarma en la sociedad. Al mismo tiempo la interna en la conducción sigue dando que hablar.

La convivencia entre Portela y Latini no da para más entre ambos.
Actualizada: 03/12/2018 00:04
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En los últimos días se conoció que el subjefe de Policía, Claudio Latini volvió a pedir licencia, aunque esta vez el ministerio de Seguridad no lo comunicó.

Dos motivos obligaron al ex jefe del departamento Operaciones a formalizar la solicitud: razones de salud, es la segunda vez, y la insostenible relación con el jefe máximo de la fuerza, Fabricio Portela.

La decisión de dejar al jefe de Judiciales, Pablo Alvarez al frente de la Policía cuando viajó a Israel, fue la confirmación de que no es precisamente Latini su hombre de confianza.

El Chorrillero reveló el 15 de noviembre que Portela no tuvo en cuenta la Ley Orgánica. El artículo 32 contempla que el subjefe reemplaza el jefe en caso de ausencia.

En ese momento Latini estaba en funciones, pero no quedó al mando.

La convivencia no da para más entre ambos. El chequeo que debe realizarse le permite al subjefe tomar un “poco de aire” y “distancia” ya que está relegado.

“Latini es un policía hiperactivo que no para nunca y ahora se quedó sin margen de acción, es una figura decorativa”, graficó un comisario con más de 20 años de carrera y especuló en función de una serie de gestos de Portela que está empeñado en desplazarlo.

“Está buscando el momento para promover la remoción. Si se mantiene es porque no le dio ni siquiera un motivo, que es lo que necesita para pedir la cabeza de Latini”, advirtió.

Esa es la trastienda policial mientras los robos y los asaltos violentos a mano armada ocurren como nunca antes en la provincia.

Y suceden en un momento donde la Policía se muestra desnuda, sin recursos para atender el desesperado pedido de seguridad que exponen los sanluiseños cada día.

Recientemente hubo una reacción policial cuando un grupo de vecinos comenzaron a movilizarse para que la Policía salga a la calle y empiece a actuar.

Es que en la última semana atacaron con piedras dos locales y se llevaron la indumentaria exhibida en la vidriera. Y los tres asaltos a mano armada que ocurrieron en la periferia solo sumaron más preocupación.

El último pedido de informe que hicieron disputados de Avanzar y Cambiemos para conocer el estado en el que se encuentra la fuerza, también fue rechazado. De la misma manera se hizo con la interpelación del ministro de Seguridad, Diego González.

En la actualidad hay 3.650 efectivos y habría 300 chalecos antibalas, según datos que difundió el diputado Juan Rigau.

Según información a la que accedió el legislador están habilitados 160 móviles en total en el territorio provincial, “contando Comisarias, Policía Caminera, bomberos, toxicomanía, delitos” y 85 motos en toda la provincia (las que permiten el funcionamiento del Drim, Transito y Caminera).

A esos datos se suman otros más concretos: en San Luis solo operan 5 patrulleros y 4 en Villa Mercedes. En San Luis el 47% de los policías que integran la fuerza son auxiliares. La guardia gubernamental cuenta con 157 policías, más que la División de Lucha contra el Narcotráfico que tiene 113.

Inclusive se sabe que 20 efectivos custodian al senador Nacional Adolfo Rodríguez Saá y a su esposa Gisela Vartalitis.
En ese clima y con esos recursos está funcionando por estos días la fuerza de seguridad. Tras el pedido de licencia, Portela designó nuevamente a Alvarez como su segundo.

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