“El ministerio de Seguridad no hace nada”; viven en pleno centro y están cansados de los robos
Los vecinos salieron a la calle para que las autoridades escuchen; no hay presencia policial y aseguran que en menos de un mes ya hubo tres hechos delictivos.
Cansados de la inseguridad, un grupo de vecinos del centro de San Luis decidieron contar la preocupación que tienen desde hace un tiempo.
Viven en los pasajes 20 de Junio y Uspallata, en inmediaciones a las calles Bolívar, Caseros y Constitución; prácticamente a la vuelta de la avenida más céntrica de la capital puntana.
El desencadenante fue el intento de robo que sufrió la periodista Ayelén Britos el sábado a la madrugada, mientras había salido junto a su marido e hijos.
Los delincuentes forcejearon el portón de la vivienda y rompieron una puerta de vidrio. Fue entonces que se activó la alarma y huyeron.
“Si ocurría la noche anterior se hubieran encontrado con mi hijo jugando a la play. Lo que nos está preocupando es que no les importa nada”, expresó con preocupación Britos, quien ya ha atravesado hechos similares.
En otras tres oportunidades ingresaron a su domicilio; dos de ellas le violentaron una ventada mientras estaba dentro con su familia. A su vez, ha sufrido el robo de vehículos.
“Tenemos rejas, alarma y alambres de púa. Pensábamos que ya teníamos la casa tranquila, pero lamentablemente no”, transmitió a El Chorrillero.
Otra de las víctimas fue María Laura Calderón. El 23 de diciembre a la madrugada entraron a su vivienda mientras se encontraba trabajando y sus hijos dormían.
“Se llevaron la play de los chicos, regalos de Navidad y todo lo que pudieron cargar en un bolso nuestro. Descolgaron los televisores y los dejaron tirados en el patio”, relató y contó que pese a que asistieron peritos y realizó las denuncias, nunca lograron dar con sus pertenencias.
“Todos tenemos alarmas, protección, alambre y lo que podemos mientras no estamos en la casa. El problema es cuando estamos dentro”, manifestó.
También mencionó que es frecuente para los malhechores circular a plena luz del día por los techos de las casas.
Otro de los hechos delictivos lo sufrió el 30 de diciembre Daniel Orozco, cuando frente a su domicilio le rompieron el vidrio trasero de su camioneta y se llevaron una mochila con elementos dentro.
“No pasa por lo que me robaron, el tema es que ya no respetan nada. Entonces si no los frenan, después los mismos vecinos van a comenzar a tomar represalias, porque la Policía no hace nada”, cuestionó.
Orozco también remarcó que no hay presencia de efectivos en la zona: “Suelen venir las motos que se estacionan en el pasaje a charlar, están una o media hora y después se retiran”.
Otra de las vecinas, Marta Heredia pidió que la Policía actúe para “ponerte punto final”, y para que “el ciudadano viva bien, cómodo y seguro”.
“Hace unos años caminaba a la noche tranquila y hoy no lo puedo hacer. La lógica es que se preocupe el ministerio de Seguridad de darnos ese derecho que tenemos cada uno como ciudadanos”, remarcó.
Por todo ello, los vecinos de ambos pasajes han optado por actuar como “campanas” a fin de comunicarse entre ellos y poder prevenir más hechos de inseguridad.