El Papa sacó de Nicaragua al obispo más crítico del presidente Daniel Ortega
El Vaticano, que hasta ahora no se pronunció claramente contra el régimen represivo nicaragüense, dijo que es por razones de seguridad.
En medio de una grave crisis social y política que vive Nicaragua, sobre la que el papa Francisco no se pronunció, el pontífice decidió trasladar a Roma al obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, conocido por sus críticas al gobierno del presidente nicaragüense Daniel Ortega. La decisión fue anunciada este miércoles por el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Leopoldo Brenes, y el propio Báez, quien expresó su “tristeza y dolor” por tener que abandonar su país: "Yo no pedí irme, fui llamado por el Santo Padre. La decisión de que yo abandone Nicaragua la tomó él".
Báez, de 60 años, públicamente lleva meses apoyando las protestas que estallaron hace casi un año contra Ortega y dijo que Francisco lo citó en el Vaticano días atrás y le solicitó trasladarse a Roma asegurándole que su permanencia sería “por un tiempo”. El obispo, sin embargo, no dijo si la decisión papal está relacionada con denuncias sobre un supuesto plan para asesinarlo, revelado a inicios de este mes por la exembajadora de Estados Unidos en Managua, Laura Dogu.
El pasado 3 de abril Laura Dogu telefoneó al obispo comunicándole la existencia de una detallado plan para asesinarlo y posteriormente declaró al periódico Indiana Gazzete que antes de concluir su misión el año pasado fue “objeto de un plan de asesinato” junto a figuras opositoras como el obispo Silvio Báez y el exjefe del Ejército Humberto Ortega, hermano del mandatario. El cardenal Brenes confirmó que “casi todos los obispos recibimos constantemente amenazas” y que las llamadas no pueden ser rastreadas porque se realizan de teléfonos comprados con esa exclusiva función.
Tras el fracaso del primer diálogo, Ortega acusó a los obispos católicos de ser parte de “un plan golpista y terrorista” de la oposición. El escritor Sergio Ramírez, Premio Cervantes 2017, calificó en un tuit el traslado de Báez a Roma como “un exilio forzado”. El novelista advirtió que constituye “un duro golpe a la lucha por la democracia en Nicaragua, la que llegará de todos modos más temprano que tarde”, dijo la agencia Ansa.
Monseñor Báez, uno de los obispos más cultos y preparados de Nicaragua, participó como mediador y testigo en el primer dialogo nacional que se realizó de mayo a julio del año pasado. Tras vivir 30 años en Italia volvió en 2009 a Nicaragua, donde el papa Benedicto XVI lo nombró obispo auxiliar de Managua. Lee alemán y habla a la perfección italiano, inglés y francés, y es conocido por su actividad en Twitter, donde tiene más de 142.000 seguidores, en su gran mayoría jóvenes.
A finales de marzo, Francisco se manifestó hoy a favor de una "solución pacífica en Nicaragua", donde se vive una "grave crisis socio-política", aunque hasta ahora se negó a criticar el accionar del gobierno de Ortega. "Desde el 27 de febrero están en curso en Nicaragua importantes coloquios para resolver la crisis socio-política en la cual se encuentra el país". "Acompaño con la oración la iniciativa y aliento a las partes a encontrar lo antes posible una solución pacífica por el bien de todos", dijo el Papa.
Nicaragua está sumida en una crisis a raíz de las protestas antigubernamentales que estallaron hace un año, cuya represión dejó 325 muertos, cientos de detenidos y más de 50.000 exiliados, según grupos humanitarios independientes. El gobierno y la oposición intentaron superar la crisis con un diálogo que terminó el 3 de abril sin consenso en torno a temas importantes, como la democratización y la aplicación de justicia a los responsables de la represión.
Actualmente, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) contabiliza 779 opositores de Ortega presos, incluidos los excarcelados entre febrero y abril, en tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por su lado, maneja la cifra de 647 presos. La ACJD indica además que 200 manifestantes que excarcelados por el gobierno desde el 27 de febrero no pueden considerarse libres porque continúan bajo arresto domiciliario con condenas o juicios pendientes.