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El Instituto San José de Quines cumplió 57 años de educación en la fe

Nació como un proyecto “ambicioso” para la época y no sólo cumplió sus metas iniciales, sino que trascendió dándole consistencia a la formación de varias generaciones. La obra del “Padre Juan” y el rol de la comunidad.

Clides Alvarado
Actualizada: 29/04/2019 13:40
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Un 23 de abril de 1962 iniciaron los primeros pasos de la actividad educativa del Instituto San José con la sección secundaria. Sus mentores, los hermanos Juan y Antonio Ogrín (sacerdotes eslovenos que se refugiaron junto a su madre en la Argentina en 1945 y llegaron al pueblo en 1952), idearon el colegio como un centro formativo que no sólo se preocupó por la calidad intelectual de sus alumnos, sino que impartieron valores en el marco de la fe católica.

La idea de fundar la escuela surgió fundamentalmente para suplir las necesidades educativas de la región, ya que el único colegio secundario que había por entonces estaba situado en el paraje San Miguel, entre Candelaria y Quines.

Viendo ese potencial se movilizaron y conformaron una comisión que trabajó en la constitución del establecimiento. Es así que este martes, 57 años después, celebraron un nuevo aniversario.

La fundación del colegio significó un proyecto fundamental para la educación de la región.

El San José es la obra de una notable personalidad como es Juan Ogrín, un hombre que con el acompañamiento de la comunidad, y en particular de un grupo de activos vecinos, pudo dar vida a una de las instituciones más importantes de la vida de Quines y de la región. Por allí pasaron miles de chicos del pueblo y de provincias vecinas.

En 1980 se sumó el nivel primario, en 1988 el jardín de infantes y en 1990 se crea el terciario.

Actualmente los alumnos egresan con el título de bachiller en Ciencias Sociales, con una estructura de valores que caracterizan a las escuelas confesionales. Desde hace aproximadamente dos años ofrecen la sala de tres, para los más pequeños.

Quienes desean continuar sus estudios superiores en el establecimiento pueden optar por la Tecnicatura en Informática aplicada a la Comunicación y el Profesorado de Enseñanza Primaria. También brinda una oferta superior en calidad de sede de la Universidad Católica de Cuyo.

“El padre Juan apuntaba a ‘formar buenos hombres’, como solía decir. Uno puede leer un libro, capacitarse, y en efecto se logrará un resultado, pero formar una persona no es tan fácil, tiene que haber un acuerdo entre familia y escuela”, señaló en diálogo con elchorrillero.com la rectora del nivel secundario, Clides Alvarado.

Uno de los pilares fundamentales que anclaron los valores de la institución, fue la formación de la juventud en la fe.

En ese sentido siente que el establecimiento da lo mejor a la comunidad educativa, y aseguró que es resultado de “la vocación de servicio” de cada una de las personas que han pasado por el colegio; docentes, alumnos, tutores y las comisiones de padres.

“Hace muchos años que estoy en la escuela; es muy satisfactorio lo que se siente cuando los alumnos van egresando y es en ese momento cuando los límites que se asignan a los jóvenes cobran sentido, se dan cuenta de que buscamos el bien para ellos”, expresó.

Esa emoción que detalló, la ejemplificó con un caso reciente. Lucas Fernández (19) es delantero del equipo de fútbol Independiente Rivadavia (Mendoza). Saber que “cursó en el San José”, es motivo de orgullo al igual que cuando ven a profesionales, padres de familia, buenas personas, que han conformado el devenir de las promociones del colegio.

Esa satisfacción se entremezcla con una grata sorpresa, cuando en la actualidad ex alumnos pasan a visitar el establecimiento o confían la educación de sus hijos, tornando así una tradición educativa.

Actualmente siguen forjando hombres y mujeres para el mundo y mantienen uno de los propósitos iniciales, que era marcar una referencia en la zona de influencia. Los chicos de las localidades aledañas y zonas rurales, eligen formarse cristianamente en Quines.

Alvarado aseguró que los logros más indispensables, tienen relación con la esencia del padre Juan que “era muy inteligente y trabajador”: “No sólo tenía a cargo la parroquia, sino que era muy minucioso en todo, le gustaba el ajedrez, la construcción y siempre estuvo actualizado en materia de computación”.

Hoy por hoy, los hermanos sacerdotes ya no están en este mundo, pero su legado se plasmó y sigue vigente: “La escuela se ha sostenido por todos, por el trabajo de los padres y algunos benefactores que hasta les pagaban las cuotas a algunos chicos en total anonimato o los ayudaban a estudiar afuera (estudios superiores); cuando se propone una idea los colegas son cordiales y están dispuestos a ayudar, siempre que sea para el crecimiento de la institución”.

El ex alumno y actual preceptor, José García, describió a elchorrillero.com que una de las cosas que más se valoran son los preceptos morales y la formación educativa, una manera de disciplinar la vida con entusiasmo.

“Yo tenía una tradición de padres muy religiosos y con gusto me mandaron a este colegio. En él compartí cinco años de mi vida muy sanos en una escuela que no sólo se interesaba por evangelizar sino en disciplinar, estaban muy aferrados a la idea de que los jóvenes no se desviaran y adquirieran una preparación”, explicó.

Ahora esa línea de principios las sigue aplicando, pero desde el otro lado, como preceptor. “Volví a Quines siendo profesor de Educación Física y me tocó vivir desde adentro la institución, su fundador (padre Juan), nos entusiasmaba a que creciéramos en la parte administrativa, que diéramos lo mejor a los alumnos; entonces pasé algunos años como profesor, ahora como preceptor y mi hijo también trabaja aquí, siempre tenemos presentes el legado”, contó.

Instituto San José.

A García se le dibujó un nudo en la garganta, evidenciando la emoción y el agradecimiento a quienes trabajaron por muchos años, incluso quienes lo hicieron ad honorem. Dichos sentimientos también se correspondieron al recuerdo de que su madre, Alba Gatica, era docente y toda su familia conformó una trayectoria.

En la misma sintonía, Alvarado resaltó que fue todo un “desafío” cuando el padre Juan la nombró en su cargo, en las materias Psicología y Filosofía, cuando era una joven egresada del profesorado en Ciencias de la Educación.

Posteriormente el desafío se entremezcló con la responsabilidad cuando pasó a tener a cargo los niveles secundario y terciario. Lo sigue siendo hoy que es recorta del nivel secundario.

“Formamos parte de un gran equipo. Siento satisfacción, es muy grato”, finalizó al manifestar sus sentimientos en torno al 57 aniversario.

La promoción 2019.

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