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El femicidio de Elsa Barroso fue el primero del año en San Luis

Si bien a nivel provincial no existe un observatorio que maneje estadísticas y permita contabilizar los casos de violencia de género ocurridos en el tiempo, hay datos provistos por entidades nacionales que son alarmantes: en Argentina hay una muerta por violencia machista cada 26 horas. Inclusive, la provincia se posicionó entre las tres jurisdicciones con mayor tasa de femicidios durante 2018.

Hace una semana, a Elsa Barroso la mataron en su casa. Después el femicida se ahorcó.
Actualizada: 04/11/2019 11:48
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Según reveló el informe de la autopsia, a Elsa Barroso la mataron de uno o varios golpes en la cabeza. Con una botella le provocaron un traumatismo craneoencefálico. Tenía 43 años.

El domingo por la mañana, su hija descubrió la trágica escena del crimen en el comedor de la casa ubicada en el barrio Monseñor Di Pasquo. En ese lugar José Jofré terminó con la vida de su pareja.

La chica dio aviso a la Policía, y cuando los efectivos de Homicidio y Criminalística trabajaban en el lugar recibieron la certeza de que habían hallado a Jofré sin vida, a las afueras de la ciudad. Con las horas terminaron comprobando que Barroso había sido víctima de violencia machista, la primera del año en la provincia.

Ni la fuerza de seguridad ni la Justicia de San Luis ofrecieron datos oficiales del caso que ocurrió en la mañana del domingo 27 de octubre; sin embargo se supo que Jofré mató con crueldad a su esposa. Después salió de la casa, eligió un predio ubicado sobre la Ruta 147 y Pescadores, y se suicidó de un disparo. Allí dejó una carta, y al costado del camino su auto BMW estacionado, según pudieron corroborar los investigadores.

El hecho se sumó a las cifras de asesinatos por violencia de género ocurridos en San Luis a lo largo del tiempo. Inclusive el año pasado un mismo pueblo quedó conmocionado con dos femicidios del mismo tenor.  En enero, Cristian Aballay asesinó a Paola Heredia (su pareja) y luego se pegó un tiro. Siete meses después, Dalinda Quevedo murió a causa de los golpes en la cabeza que le su ex pareja, Edgar Amaya (con un palo). Tras agredirla, él se quitó la vida. Era un ex penitenciario y ella trabajaba en el Hospital de Candelaria.

En ambos casos, ocurridos en Quines, había antecedentes de violencia familiar, o sea denuncias de las mujeres ante la Policía.

El número total habla de 255 víctimas en todo el país (entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del 2018). Asimismo, si se tiene en cuenta que se ejecutaron 23 muertes del tipo femicidio vinculado, el número asciende a 278 (homicidios cometidos contra una o varias personas con el fin de causar sufrimiento). La cifra compone 4 travesticidios-transfemicidios.

En 2017, la provincia registró otros dos casos de significativa exposición mediática: los crímenes de Florencia Di Marco, en la ciudad capital y de Carla Pereira, en La Toma.

En Argentina la ley 26.7911, sancionada el 14 de noviembre de 2012, reformó el artículo 80 del Código Penal para criminalizar de modo agravado ciertos homicidios especialmente relacionados con el fenómeno de la violencia de género. Esta norma amplió la figura del homicidio calificado por el vínculo (inciso 1°) y el catálogo de crímenes de odio (inciso 4°), e incorporó las figuras de femicidio (inciso 11°) y “femicidio vinculado” (inciso 12°).

Los casos de Di Marco y Pereira involucraron la cuestión de género. Los dos llegaron al juicio oral.

Más atrás en el tiempo, no se pueden olvidar las muertes de Lorena Funes y Lucía Zanón (La Toma), en 2010, y el de Brenda Arias (Villa del Carmen), en 2009. Por este último, recién el 14 de noviembre de 2018 la familia sintió que se hizo justicia: ese día Juan José Murúa fue condenado a 38 años de prisión por el delito de “homicidio simple agravado por el uso de un arma de fuego”.

En todos los casos, el asesino fue un hombre allegado a las víctimas. Di Marco tenía 12 años cuando su padrastro, Lucas Gómez, la violó, la estranguló y la dejó muerta debajo de un puente. El hecho sacudió a la provincia y la noticia recorrió el país. El principal acusado fue imputado por “abuso sexual doblemente agravado por la calidad de guardador y por mediar situación de convivencia preexistente, en concurso real con el delito de homicidio criminis causae por mediar alevosía y violencia de género”, pero no llegó al juicio porque en la cárcel se ahorcó.

La madre de la menor, Carina Di Marco fue condenada (el 22 de abril de este año) a 18 años de cárcel por “abuso sexual con acceso carnal agravado por aprovechamiento de convivencia preexistente en calidad de partícipe necesario”, en perjuicio de su hija.

A Pereyra, su pareja la mató a golpes. Antes del terrible final, la víctima pudo difundir por sus redes sociales las fotos de su cuerpo golpeado y también contó los detalles de cómo su pareja la agredió sin piedad. El 12 de septiembre de este año, Nazareno Pérez fue encontrado culpable del delito de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar cuestiones de género”.

De acuerdo a los datos que maneja el Observatorio de Violencias de Género “Ahora sí que nos ven”, en 2018 la provincia se posicionó entre las tres jurisdicciones con mayor tasa de femicidios. Ese año se advirtieron 4 víctimas directas, lo que desprende que el número de homicidios cada 100 mil fue de 1,6 (una mujer muerta cada 62.453).

El dato sostiene que todas las mujeres mantenían un vínculo de pareja o ex pareja con el homicida. Dos eran cónyuges, de las cuales 1 convivía con su agresor y la otra no convivía; a su vez otra mantenía un noviazgo y la cuarta había terminado su relación.

Además, las propias estadísticas de la Corte Suprema de Justicia revelaron que San Luis contó con el 1,60% de muertes, siendo superada sólo por Neuquén (1,85) y Tucumán (1,67%), todas estas cifras analizadas cada 100 mil mujeres (periodo anual 2018).

Durante 2015 y 2016 ocurrieron 2 femicidios por año, mientras que en 2017 fueron 3, según sostienen otros datos.

En medio de estas cifras, la segunda semana de octubre San Luis fue elegida como sede del 35° Encuentro Nacional de Mujeres a desarrollarse en 2020. La decisión fue anunciada en el cierre del último encuentro multitudinario que tuvo lugar en La Plata.

El femicidio, definido como “la muerte de una mujer en razón de su género”, consiste en “un delito de odio” que representa la conclusión final del ciclo de la violencia machista.

Este tipo de crimen se consolida como la punta del iceberg de un amplio espectro que abarca la violencia física, psicológica, sexual, económica, patrimonial, social y vicaria.

Datos del 2019

Según el Observatorio “Ahora que si nos ven”, tan sólo durante el mes de agosto de 2019 se contabilizaron 27 femicidios en el país. En el  84% de los casos, los asesinos eran conocidos de las víctimas: el 42% parejas, el 21% ex parejas, 14% familiares y el 7% conocidos.

En la mayoría de los hechos, las mujeres asesinadas tenían entre 21 y 40 años. De acuerdo con los datos, siete de cada diez asesinatos se cometieron en la casa de las víctimas o en las del agresor. También se estima que al menos 37 habían denunciado previamente a sus femicidas, y  23 tenían medidas de protección dispuestas por la Justicia, como perimetrales y botón antipánico.

El exacerbado número de muertes, generó movilizaciones y marchas a lo largo y a lo ancho de la Argentina durante el mes de septiembre, recamaron la implementación de una ley de emergencia contra la violencia de género. El pedido estalló tras los femicidios de Navila Garay (15), Laura Cielo López (18), Cecilia Burgdat (42) y Vanesa Caro (38); perpetuados de forma consecutiva, durante un fin de semana.

¿Por qué no hay en San Luis un observatorio?

En San Luis funciona la Secretaría de la Mujer #NiUnaMenos pero el organismo no cuenta con un Observatorio, y no hay una explicación oficial que permita comprender por qué.

Hasta el domingo 27, San Luis era la única provincia del país que no registraba femicidios desde que comenzó el 2019. Ese dato fue celebrado por la ministra, Adriana Bazzano, en declaraciones a la prensa.

“Son muchos factores que se conjugan para esto”, analizó la funcionaria. En ese sentido detalló que influyen “un conjunto de medidas políticas y sociales que hacen que acá no haya víctimas de femicidio”.

“Esta provincia es distinta a todas, tuvo políticas inmediatas con el tema de la violencia de la mujer con la creación de la Secretaria de la Mujer, con rango ministerial”, consideró.

“Que no haya femicidios en la provincia tiene que ver también con lo que se ha hecho con capacitaciones, concientización y la instalación del tema”, sostuvo además, pero a pesar de todo eso, no hay un Observatorio. En su página oficial está entre las “pestañas” a modo de sección, pero no cuenta con ningún tipo de información a cuatro años de su creación, a partir del tercer mandato de Alberto Rodríguez Saá como gobernador.

Los hechos demuestran que la provincia no escapa a una realidad nacional, y que todavía hay mucho por hacer.

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