Una masiva protesta de colectiveros rompió la cuarentena en Rosario
Cientos de choferes marcharon a la Municipalidad y a la sede de Gobierno provincial reclamando salarios atrasados luego de 18 días de paro.
Con los colectivos paralizados desde hace más de dos semanas, el gremio de la UTA Rosario realizó este jueves una impresionante movilización desde el edificio sindical hasta la sede del gobierno provincial, previo paso por la Municipalidad de Rosario.
La marea de camisas celestes, que coparon las calles céntricas de Rosario, puso en riesgo los bajos niveles de contagios que viene registrando esta ciudad, donde después de estar 20 días sin nuevos casos, la semana pasada se contabilizaron 15 nuevos contagios todos vinculados a un viajante que había llegado de Buenos Aires.
Pegados uno con otros y muchos sin barbijos, los choferes arriesgaron los buenos resultados de la cuarentena que le permitió a la ciudad avanzar a la Fase 4. Cabe recordar que en Madrid, uno de los epicentros mundiales de la pandemia, los contagios explotaron luego de la marcha de mujeres del 8M, según confirmaron todos los estudios epidemiológicos que investigaron el comportamiento del covid en la capital española. Pegados, a los saltos y muchos sin barbijos, los militantes de la UTA desafiaron la cuarentena.
En consecuencia, los dirigentes sindicales podrían ser citados por la fiscalía especializada en Covid-19 que atiende los casos de violación de las restricciones.
El principal reclamo es por parte del sueldo de abril adeudado pero el trasfondo es mucho más complejo y según publicó LPO, las empresas que prestan servicios en las principales ciudades del interior están al borde de la quiebra.
En medio de la cuarentena, sacar un colectivo para que no se suban ni 30 pasajeros implica perder más plata. Lo que recauden con el pasaje no les va a compensar el gasoil. Es incrementar más las deudas de las empresas, analizan los empresarios.
En el caso de Rosario, la situación es más que crítica. Con la recaudación por el piso, la Municipalidad debe afrontar el pago de sueldos de la empresa estatal Movi mientras que la otra mitad de los trayectos depende de Rosario Bus de capitales privados y que según afirman, están en igual condición.
La reunión de este miércoles entre el gobierno y el sindicato no llegó a buen puerto y el conflicto promete extenderse varios días más. Por lo pronto, los intendentes apuntan al gobierno nacional de concentrar los subsidios para Buenos Aires en detrimento del interior.
"Con la inequidad de distribución de subsidios no hay sistema de transporte público que aguante", sostuvo Enrique Estévez, el diputado nacional del socialismo quien alertó sobre la falta de federalismo en el resparto de fondos.
De cada 10 pesos de subsidio nacional, 9 se destinan para la Ciudad de Buenos Aires y su área metropolitana y 1 para el resto del país, explicó el legislador.
Este jueves, en una teleconferencia los intedentes de Rosario, Córdoba, Santa Fe, Paraná, Salta y Bariloche, lograron el apoyo de la Federación Argentina de Transportadores de Automotor de Pasajeros (FATAP) al reclamo de al jefe de gabinete, Santiago Cafiero, para que disponga una distribución más igualitaria de los recursos.
Los funcionarios coincidieron en la necesidad de reestructurar el sistema de transporte del país, que permita a los usuarios del interior el pago de un boleto más accesible, tal como ocurre hoy en Capital Federal.
"Todavia no nos han respondido", dijo Llaryora a Cadena 3. "A algunos les queda cómodo", disparó.