Demoras de hasta 7 días en los resultados de PCR; el drama de pacientes aislados y sin atención
Ese es el escenario que expone a una gran cantidad de infectados de Covid-19 en San Luis. Enfermos amontonados y falta de distanciamiento en los centros de internación parece ser un problema en aumento. Estas son algunas historias.
El aumento de los casos de Covid-19 en San Luis dejó al descubierto falencias en el sistema sanitario provincial. Al hacinamiento de pacientes asintomáticos y leves se sumó en los últimos días la incertidumbre y a una espera que parece interminable: algunas voces contaron que llevan cinco o siete días esperando los resultados de PCR, las cuales son procesadas por el Laboratorio de Salud Pública Dr. Dalmiro Pérez Laborda.
"Dicen que hay una demora de hasta 7 días, por la cantidad que hay", reveló una paciente internada, el domingo por la noche.
En diálogo con El Chorrillero, dieron cuenta que están aislados sin controles médicos y que son muchos los infectados que comparten pequeños espacios.
El viernes pasado, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García cuestionó el sistema sanitario de San Luis, en puntual las medidas dispuestas por el gobernador Alberto Rodríguez Saá para controlar la pandemia.
“Un recurso crítico como es el laboratorio está utilizando una cantidad de esfuerzo de la provincia para algo que en realidad tendría que estar privilegiado para otras razones”, dijo en ese momento.
Dio fe que “hay diagnósticos que a veces están demorados tres o cuatro días”, y consideró que “eso sí es grave, desde el punto de vista de la epidemiología porque circula en el lugar demasiado tiempo y genera conflictos”.
También aseguró que había mantenido discusiones con Rodríguez Saá “por las cosas que pasan en San Luis” y que le parecen “que no han sido útiles”.
Las falencias ya se habían hecho públicas la semana pasada, cuando una familia expuso que llevaba una semana encerrada sin conocer los resultados de los análisis. Paula explicó que tras dar aviso a las autoridades sanitarias recién tres días después fueron a tomarle las muestras a su novio.
A ello se sumó que días más tarde volvieron a realizarle los segundos estudios sin conocer los primeros: le dieron a entender que habían extraviado los primeros.
Mientras tanto y por la imposibilidad de salir, debieron recibir asistencia de sus vecinos. “En los reportes el gobernador (Alberto Rodríguez Saá) nos transmite tranquilidad, pero la gente que trabaja no hace lo mismo. Nos preocupan más”, aseveró.
Una de las localidades con mayores contagios hasta el momento (31 casos) es La Toma. Allí, al menos unas 40 familias esperaban encerradas este fin de semana, con incertidumbre los resultados de los hisopados que se concretaron una semana atrás.
Una vecina, que pidió mantener en reserva su identidad, contó cómo se pasan estas horas. El lunes 7 de septiembre hisoparon a uno de sus familiares, a quien consideraron contacto estrecho de un paciente infectado, y por eso todos los habitantes de la casa (que son tres) pasaron a cuarentena obligatoria.
En declaraciones a este medio, la mujer explicó que el miércoles 9 iba a estar el resultado, pero hasta la noche de este domingo no tenían ninguna información.
Y en pocas palabras sintetizó cómo se hace larga la espera: “Es muy duro y feo estar aislado y con miedo. Estamos preguntando, pero todavía no tenemos nada. Hemos estado llamando al Hospital y a San Luis y nos dicen que todavía no lo tienen cargado en el sistema”.
Explicó que su familiar está en el grupo de jóvenes, que en su mayoría dio positivo. Los infectados fueron trasladados a La Pedrera.
Sobre estos últimos puntualizó que están en constante comunicación y que permanecen todos juntos internados. “Hay 20 personas para dos baños y dos duchas. A la hora de almorzar son 100 en un comedor. Lo vemos en videos que nos hacen”, detalló.
Contó además que a lo largo de la semana su hija y vecinos los estuvieron asistiendo con mercadería y todo lo demás que requirieron, porque no estaban preparados para atravesar tantos días de encierro.
“Necesitamos un resultado rápido. Somos 40 familias esperando lo mismo y aisladas. En el pueblo no se ve nadie”, sostuvo.
Al mismo tiempo, dijo que no han recibido visitas del personal de salud, y que solo acudieron en dos oportunidades para preguntarles “desde la vereda” cómo estaba el paciente sospechoso de coronavirus.
“Es terrible esperar tanto. Uno se pone mal, buscamos qué hacer para tener la cabeza en otra cosa”, expresó.
Aislados en centros para pacientes leves y asintomáticos: en primera persona
La otra preocupación la viven quienes están pasando la enfermedad en el Hospital de San Luis. Graciela está internada desde el domingo pasado. Tres días antes le habían realizado el hisopado.
“Llegué a las 21 de ese día al Policlínico. Me dejaron en un consultorio donde ni siquiera había una silla. Recién a las 24 me hicieron una placa y los análisis. A la 1 del lunes estaba pasando a la habitación”, recordó.
Advirtió “un montón de falencias” en el nosocomio: “Me sacan de mi casa para estar controlada, pero una vez al día nos toman la presión, nos dan la saturación y la temperatura un enfermero. Se supone que debe haber un médico para un control y buena información”.
Precisó que en una oportunidad se encontraba con dolores y pidió que le enviaran un doctor: “Desde la puerta me preguntaba cómo me sentía. No se acercó porque no tenía antiparras. Luego se las trajeron pero tampoco lo hizo. Me dijo que ya me mandaba una enfermera para darme un paracetamol. No me revisó”, indicó.
Por otro lado, referenció que se encuentra junto a otras mujeres en el área de Rehabilitación y que cada cama está separada por unos “50 centímetros”.
“Llegamos a haber 12 para un solo baño. Y dicen que los primeros días no tenían inodoro y debían que ir a otro lado. Somos personas con distintas cargas virales. Cuando entré me encontraba bien, y el martes empecé de nuevo con dolores y nauseas”, precisó.
Del mismo modo, hizo referencia al caso de una paciente de Tilisarao que esta mañana (por este domingo 13) recibió el alta. Sin embargo, dijo que aún se encuentra en el Hospital porque “no hay quién la lleve y no le permiten al marido venir a buscarla”.
“Hace como dos semanas que estoy enferma. Fui al médico, me diagnosticaron una laringitis. Antes de eso llamé a Epidemiología y me dijeron que los síntomas no entraban en Covid-19. Como no sentía mejoría volví al doctor. Eso fue el domingo y el lunes me hisoparon”, contó otra joven que contrajo el virus.
Afirmó que a la madrugada del viernes le informaron que era positivo. A la mañana siguiente la fueron a buscar para trasladarla a las residencias médicas ubicadas en inmediaciones al Hospital de El Trapiche.
“He escuchado historias acá de gente a la que le ha tardado más el resultado, conocidos de que han perdido las muestras, o les han hecho un segundo hisopado sin conocer el primero”, transmitió.
Dijo que en el aislamiento los han tratado “muy bien” aunque consideró que permanecen en el lugar “de gusto” porque no están cumpliendo “ningún tratamiento”.
“Sólo nos hacen controles de signos vitales todos los días”, añadió.
La joven opinó que el accionar de Epidemiología “deja mucho que desear” y “no se está manejando con mucho criterio”.
Pormenorizó que en El Trapiche hace el aislamiento junto a otras 12 personas y están separados por alas. Allí hay distancia entre las camas.