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La justicia pakistaní prohibió las “pruebas de virginidad” en las víctimas de violación

“Los exámenes son humillantes y no tienen valor forense”, dictaminó una jueza en la región del Punyab. Se han usado para desacreditar a las víctimas de violación por el mero hecho de considerarlas con experiencia sexual.

foto reuters
Las mujeres usan máscaras protectoras mientras caminan entre una multitud a lo largo de un mercado, mientras continúa el brote de la enfermedad por coronavirus, en Karachi, Pakistán, el 2 de diciembre de 2020.
Actualizada: 07/01/2021 21:34
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Una jueza del Tribunal Superior de Lahore, en Pakistán, Ayesha Malik, prohibió la práctica de la “prueba de virginidad” en la víctimas de violación. “Los exámenes son humillantes y no tienen valor forense”, dijo la magistrada, cuya resolución se aplicará en toda la región del Punyab, según informó BBC. Puede también servir como precedente en la evaluación de otras demandas similares, en otras provincias, como la que actualmente se sigue en la de Sind.

Aunque no existen datos oficiales, el invasivo “examen de dos dedos” (como también se lo llama, porque los doctores introducen dos dedos en la vagina de una mujer para establecer su laxitud y la presencia de un himen) es una práctica común en países como Pakistán, Afganistán y Egipto, y también en otros que, como la India y Bangladesh, la han prohibido. En este caso fue denunciado en dos investigaciones por violación en el Punyab.

El examen, teóricamente, determinaría si una mujer es activa sexualmente, y en qué medida; se ha aplicado para desacreditar a las víctimas de violación por el mero hecho de considerarlas con experiencia sexual.

“Los exámenes son humillantes y no tienen valor forense”, estableció la jueza del Tribunal Superior de Lahore, Ayesha Malik.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la prueba no debe realizarse porque carece de validez y viola los derechos humanos. “Es una práctica humillante, que se emplea para sembrar dudas sobre la víctima en lugar de concentrarse en el acusado y el incidente de violencia sexual”, escribió la jueza Malik en su sentencia. Subrayó que además se trataba de un examen “altamente invasivo” y que “no tiene necesidad científica o médica”.

Sahar Bandial, una de las abogadas que presentó la demanda en el caso de Lahore, coincidió: “Los exámenes se usan para implicar que es una mujer de virtud dudosa y que probablemente consintió al acto sexual”. Otro abogado de la causa, Sameer Khosa, dijo a BBC que la decisión de la jueza “estableció con total claridad que la prueba de virginidad no tiene valor forense en ningún caso que involucre violencia sexual”. Agregó: “Espero que las autoridades cambien sus procedimientos a la luz de esta sentencia”.

Hasta el momento, la única autoridad que se manifestó a favor fue el de Ciencia y Tecnología de Pakistán, Chaudhry Fawad, quien celebró el fallo y lo calificó de “histórico”.

En octubre hubo una serie de protestas en Pakistán tras la violación de una mujer por una banda de hombres.(REUTERS/Akhtar Soomro)

Los activistas de derechos humanos han solicitado numerosas veces el fin de estas prácticas, en particular en la evaluación médica de víctimas de violación, por su falta de sustento científico. El principal resultado del examen, argumentaron, es desplazar la culpa desde violador hacia la mujer que sufre un ataque sexual.

“En Pakistán se denuncian relativamente pocas violaciones, ya que las sobrevivientes pueden enfrentar el estigma social”, explicó BBC. “En los casos que se denuncian, son pocos los acusados que terminan condenados debido a las leyes débiles y los procedimientos complicados”. En octubre hubo protestas luego de que una mujer de Lahore fuera violada por una banda de hombres, luego de que el auto en el que transportaba a sus hijos se descompusiera en la carretera. Arif Alvi, presidente de Pakistán, promulgó entonces una ley para acelerar los juicios por violación.

A pesar de la sentencia de Malik del 4 de enero, la práctica invasiva y vejatoria continúa en otras regiones de Pakistán como algo legal. En el sur de Asia es habitual desde la era colonial y actualmente ha sido documentada en al menos 20 países, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que como la OMS ha hecho campañas para terminarla.

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