El obispo encabezó la tradicional misa del Domingo de Ramos en San Luis

Hoy, los cristianos comenzaron a transitar la Semana Santa, y así a revivir la Pasión de Cristo. La conmemoración de esta mañana en la iglesia principal de San Luis fue el recuerdo del ingreso de Jesús a Jerusalen, donde fue alabado con palmas de olivo.

Todas las puertas de La Catedral se abrieron este domingo, y para cuidar el distanciamiento muchas personas permanecieron en los costados o afuera, cerca de las escalinatas, ya que en los bancos estaban delimitados los espacios.

Hace un año la Semana Santa se vivió en pleno confinamiento, por eso muchas familias vivieron con emoción uno de los momentos más significativos para la fe cristiana.

Cerca de las 13, Barba bendijo los ramos. Toda la misa se transmitió en vivo por las redes oficiales del Obispado.

Por la pandemia, no se realizó la procesión, y en todas las capillas e iglesias de San Luis habrá celebraciones.

“Hay mucho desconocimiento, mucho para comprender, de una enfermedad desconocida. En el mientras tanto estamos en una situación de pandemia, y es real de aquellos que sufrieron tanto por perder seres queridos. En este desconcierto de humanidad, seguimos viviendo nuestra fe”, destacó Barba para repasar un 2020 que marcó a los países de todo el mundo.

Para Barba, la Iglesia tuvo el año pasado una escuela de eclesiología: “Un aprendizaje de cómo poder seguir viviendo nuestra fe, con nuevas formas. También los sacerdotes tuvimos que volver a aprender. La pandemia nos enseñó muchas cosas, a romper distancias, comunicarnos con sistemas que nunca usamos. Nos enseñó a descubrir que somos y seguimos siendo Iglesia, y se fortaleció un formato, la iglesia doméstica”.

Tuvo en cuenta que gracias a las redes sociales se “llegó a mucha gente”.

“Puede ser una semana más, una que vivamos con todos pero lo más difícil es abrir las puertas del corazón. Dejar que el espíritu nos salve. La salvación de las almas, la conversión de los corazones es una obra del Espíritu Santo, no somos nosotros los salvadores”, sostuvo para referirse al día donde los católicos comienzan a vivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

“Qué difícil habrá sido para Jesús escuchar la dulce voz de los halagos de las juventudes que lo vitoreaban, que lo vanagloriaban, creerse todos esos gritos, como es una tentación para cada uno de nosotros, el endulce de los halagos”, puntualizó sobre la conmemoración que simboliza el Domingo de Ramos.

“El reinado de Jesús se vio en la cruz. Cuando buscamos a Cristo Rey, el señor de nuestra vida, tiene que reinar en el mundo, en la sociedad y en nuestros corazones ¿Un rey con cadenas de oro o uno de corona de espinas, de despojo, de servicio? Muchas veces buscamos un Dios que nos de seguridades, certezas, que me hace sentir bien. Eso se manifiesta en la sencillez, en la humildad, en el servicio”, sostuvo.

En el cierre consideró que la Iglesia triunfa “cuando sirve, cuando es sencilla”.

“Dios nos habla al oído, nos llama a conformar el fatigado. Jesús se hizo servidor, es el Dios hecho hombre que vino a salvarnos, no a condenarnos. Dejemos que en esta semana entre a nuestros corazones”, concluyó.