Después de esperar 2 años una prótesis, ahora DOSEP le dice que no cubrirá su pedido al 100%
El caso de Estefanía González tuvo viralizarse esta semana para que la obra social del Estado provincial le comunicara que había una decisión. Pero no fue la que esperaba la joven deportista paraolímpica.
Estefanía González es una deportista paraolímpica de powerlifting y de Jiu Jitsu y por eso sus jornadas son exigentes. Tiene 28 años, vive en la ciudad de la Punta y comienza los días a las 5:30, porque es empleada del Poder Judicial, en la capital puntana.
Luego entrena alrededor de tres horas con una prótesis que ya está vencida. Es la de su pierna izquierda, la que usa desde 2013 cuando sufrió una amputación tras un accidente vial.
La utilidad de esa prótesis caducó en 2018, y desde entonces espera que DOSEP le cubra el pedido para poder cambiarla. Como este año las respuestas tampoco llegaron, González acudió a las redes sociales y relató el padecer.
Muchos medios de comunicación se hicieron eco de su historia en los últimos tres días. Y tuvieron que pasar 2 años. Recién este martes DOSEP dio una contestación. Por teléfono le informaron a la joven que iban a autorizar el pedido pero que no cubrirán el total (el 100%).
“Para mi gran sorpresa no será autorizado en su totalidad, sino que, una vez más me encuentro a la merced de la obra social para equiparme según lo que ellos quieren y no tomándose en cuenta mis necesidades”, escribió en su perfil de Facebook esta tarde.
“El problema es que ellos interpretan que deben cubrir mis necesidades en lo cotidiano, y no es algo realista. Esta prótesis que me ofrecen es para una persona cuya actividad física es casi nula”, explicó González en comunicación con El Chorrillero.
El médico de cabecera armó el pedido teniendo en cuenta las necesidades de una paciente que practica deporte de manera profesional. Pero ninguna indicación fue tenida en cuenta.
“Voy a ir para saber en concreto cuáles son los pasos a seguir, cuándo me la van a dar y que quede asentado por escrito, porque las palabras se las lleva el viento”, indicó en relación a la comunicación informal que le llegó hoy de la oficina central.
Consideró que "el llamado fue un intento para conseguir silencio".
“Este es mi derecho y quiero que se respete porque en mi cotidianidad está el deporte y no lo están teniendo en cuenta. Necesito que mi pedido médico sea autorizado por completo, para poder desarrollarme como persona y una deportista de alto rendimiento”, pidió.
La angustia de González tiene que ver con el padecimiento. Está cansada “de vivir con dolor”, en su columna y tener que aceptar los problemas para caminar.
“Quieren obligarme a aceptar algo que no cubre mis expectativas como deportista, que es mi pasión y vivo a través de él”, destacó al final.