Dylan y Joan Baez: el amor es solo una palabra de cuatro letras
El cercano vínculo, que en los inicios de sus carreras operó como una perfecta simbiosis que se alteró con los años, se prolongó hasta un público encuentro a mediados de los ’70 en el que salieron a la luz viejos celos y rencores.
Los nombres de Bob Dylan y Joan Baez han permanecido inexorablemente asociados desde los primeros años de la década del ’60 a partir de un estrecho vínculo atravesado en diversos momentos por la colaboración y protección artística; la complicidad política y el romance.
La cercana relación, que en los inicios de sus carreras operó como una perfecta simbiosis que se alteró con los años, se prolongó hasta un público encuentro a mediados de los ’70 en el que salieron a la luz viejos celos y rencores.
Ambos músicos se conocieron en 1961 cuando Baez ya era considerada la nueva "reina del folk" y Dylan buscaba abrirse camino en la escena con la bendición de su admirado Woody Guthrie.
Fue Baez quien presentó a Dylan en el tradicional Festival de Folk de Newport -en donde conocería la gloria y la más estrepitosa silbatina cuando viró hacia el rock y el blues-, y quien lo llevó a participar de la Marcha de Washington que culminó con el famoso discurso de Martin Luther King.
En esa época, la cantautora grabó varias composiciones de Dylan, entre ellas "Love Is Just a Four Letter Word". En "No Direction Home", el documental de Martin Scorsese, el propio músico recuerda con humor como un día que escuchó la canción en la radio colmó de elogios a Baez, porque había olvidado que se trataba de un tema de su propia autoría.
La perfecta armonía entre ambos comenzó a romperse cuando Dylan se volcó al rock eléctrico y abandonó la música de protesta, algo que junto a la vida de rockstar con los consabidos excesos que llevaba adelante, provocó el alejamiento de Baez.
Claro que además en aquellos años Dylan mantuvo romances con otras mujeres, entre las que sobresalen Suzy Rotolo, modelo que aparecía en la portada del disco "The Freewheelin´ Bob Dylan"; y Sara Lownds, con quien se casó en 1965 y tuvo cuatro hijos.
Los caminos de Dylan y Baez volvieron a cruzarse en 1975 cuando la artista se sumó a The Rolling Thunder Revue, la gira que devolvió al músico a la ruta, narrada en el último documental realizado por Martin Scorsese.
Previamente, Baez le había dedicado varias canciones a su antiguo compañero, una de ellas llamada "To Bobby", en 1972, en la que lo insta a que retome el activismo político abandonado en los primeros años de su carrera.
En la gira de 1975, los viejos recelos de Baez por el entorno de Dylan volvieron a complicar la relación entre ambos, tal como se puede ver en el filme documental. Sin embargo, allí también se puede comprobar la chispa inalterable que mantenían, tal como se desprende de los infantiles reproches mutuos que se dedican por su fallido romance.
Hace unos años, cuando se le consultó a Joan Baez por Bob Dylan, fue tan contundente como enigmática: "Él no es un hombre normal".