Jujuy aprobó una ley para incorporar educación emocional en las escuelas
La normativa aprobada por la legislatura apuesta a introducir en los diseños curriculares de todos los niveles y modalidades del sistema educativo provincial procesos de enseñanza que permitan desarrollar y fortalecer habilidades socioemocionales en alumnos, docentes y las familias.
La legislatura de Jujuy aprobó este miércoles una ley que apuesta a introducir en los diseños curriculares de todos los niveles y modalidades del sistema educativo provincial procesos de enseñanza que permitan desarrollar y fortalecer habilidades socioemocionales en alumnos, docentes y las familias.
La normativa 6.244 convierte a la provincia en la tercera en contar con una ley asociada, luego de Corrientes y Misiones.
“Esta estrategia busca algo tan simple pero tan importante como lo es mejorar la calidad de vida de las personas”, expuso la diputada Cynthia Alvarado, como miembro informante, al avanzar en una revisión de la “enorme importancia” que ha adquirido la educación emocional para enfrentar situaciones de la vida cotidiana.
En tanto, reflexionó que se trata de “aprender a administrar las emociones" y que el tener la posibilidad de hacerlo desde temprana edad vendría, entre otros, a prevenir múltiples problemáticas, como ser de adicciones.
Lo que prevé la ley es la creación de un Programa provincial de Educación Emocional, dirigido a todos los niveles y modalidades de las instituciones educativas de gestión pública estatal, provincial y municipal, privada, social y cooperativa.
La ejecución del programa estará a cargo de la secretaría de Equidad Educativa del Ministerio de Educación local, área desde donde “ya se han venido realizando acciones aisladas vinculadas a la temática”, según ponderó, por otro lado, la diputada María Ferrín.
En el articulado de la ley, se plantea que el ministerio de Educación deberá garantizar la capacitación en educación emocional a todos los docentes activos, estén o no en funciones áulicas.
También se explicita la necesidad de consolidar espacio de apoyo de y para el trabajo docente; instancias participativas de trabajo institucional; y la instrumentación de estrategias que prevean una eficaz implementación del programa.
Finalmente, se apunta a establecer mecanismos de intercambio con instituciones y/o grupos dedicados a la temática, y construir espacio y alianzas con otros actores, estatales o privados, ligados a la educación emocional. (Telam)