El drama de las adicciones en San Luis y un nuevo centro terapéutico
El establecimiento implementa métodos ambulatorios y de internación. Las principales consultas y asistencias son por el consumo de cocaína.
“Por más que se diga que no o que queramos aparentar que somos una provincia diferente al resto, el consumo de droga es todos los días. Todos los días recibo de una a tres consultas por algún tipo de tratamiento. Se ve muchísimo”, de esa forma graficó la realidad de San Luis, Emanuel Vega.
El joven es el director de “Día Uno”, un centro terapéutico ubicado en la ciudad de San Luis para brindar contención ante las adicciones y de esa forma expuso la importancia de contar con este tipo de establecimientos para salir de la problemática.
Lo que destaca de la entidad, es la posibilidad de contar con un dispositivo de “internación o residencial”. Allí, los pacientes “conviven y hacen un tratamiento por un periodo de tiempo”.
“Es generalmente por un lapso de seis meses aproximadamente. Está dividido por etapas. Durante la estadía tienen los días estructurados de diversas maneras, horarios, actividades, grupos, terapias. Es para lograr organizarlos en el desorden que traen de afuera”, explicó en diálogo con El Chorrillero.
En el lugar, ubicado sobre calle Junín al 1699, viven siete personas que están buscando dejar el consumo de drogas y alcohol, pero la capacidad que tienen actualmente es de 14. A ellos se suman otros tres con un abordaje ambulatorio, es decir, que residen en sus propios hogares.
Vega señaló que lo más habitual es encontrarse con el consumo de alcohol y cocaína en sus diferentes variantes, aunque los que acceden a un tratamiento son los segundos. Adjudicó a esto a que se ha llegado a “naturalizar el alcoholismo y las personas piensan que no es un problema”.
En relación al flagelo de la droga dijo que actualmente es “más difícil conseguir el dinero que ir a comprarla, se consigue y en cualquier lado”.
El rango etario del que más han recibido consultas es de quienes tienen entre 20 y 30 años. Y por la realidad de los pacientes, la mayoría comenzó a consumir desde los 12, 13 y 14 años.
El director del centro, explicó que las tareas consisten en atacar “la problemática en diferentes aspectos de la vida de la persona”.
“Trabajamos lo recreativo, deportivo, académico, espiritual, religioso, terapéutico y psiquiátrico. En cada etapa ellos abordan una problemática diferente, desde lo más leve a lo más profundo, llegando a una última donde se lo prepara para la vida afuera, la reinserción social.”, afirmó.
Al mismo tiempo, comentó que se “lo va capacitando con herramientas y formas de manejarse que lo van a ayudar a desenvolverse una vez que vuelva a la sociedad, a su ambiente natural”.
Vega consideró que una ventaja de “Centro Uno” es que “teniendo experiencia en otros tipos de tratamientos más estrictos y convencionales”, tratan de innovar con “una nueva forma que es más desestructurada”.
“Somos más flexibles en cuanto a salidas, visitas, comunicación telefónica y demás. Si bien las personas que hacen el tratamiento no tienen la posibilidad de usar el celular o dinero, si pueden usar el teléfono de acá para comunicarse con sus familias, en días y horarios estipulados”, afirmó.
Por otro lado, mencionó que “en un 85 o 90% es la familia la que contacta primero, que acompaña al paciente y en esos casos es mucho más efectivo”.
“Es muy difícil para una persona que sufre estos problemas, poder sostenerse solo. Creemos que es muy importante, casi esencial, que estén acompañados, en un círculo de contención fuera. Hoy por hoy cuentan con ese apoyo y se nota mucho la diferencia”, indicó.
A su vez, hizo alusión a las recaídas y reconoció que son habituales: “Somos conscientes de que posiblemente en una salida, por más control que tengan, está la posibilidad. No por eso tienen que tirar todo el esfuerzo que han venido haciendo. Sabemos que para ellos es un tema muy difícil porque es como un fracaso. Si bien no las permitimos, naturalizamos que pueden pasar”.
El centro no reciba asistencia del Estado.
En el caso del tratamiento ambulatorio tiene un costo de $12 mil mensuales y para la internación de $70 mil.
“Son los presupuestos que estamos enviando a obras sociales. En el caso de que sea particular estamos haciendo una rebaja de hasta $50 mil”, aclaró.
“Es escasa la ayuda que podemos dar comparada a la demanda. Hay mucha gente más que no ha pedido ayuda”, finalizó.