El Gobierno ya no entrega la leche fortificada a los sectores vulnerables, la cambió por $800
En lugar de las cajas, ahora realiza la transferencia a través de la Asignación Universal por Hijo y por Embarazo. En San Luis, para que niños con riesgo nutricional o social y adultos mayores accedan a un estuche adicional, deben cumplir una serie de requisitos, entre ellos, no tener cobertura social y vivir en la provincia hace dos años.
El mes pasado, Nación anunció con bombos y platillos la incorporación del programa de entrega de leche fortificada y alimentos saludables a la Asignación por Embarazo (AE) y Asignación Universal por Hijo (AUH). Esto significó que les depositarían $800 más con el beneficio social.
Pero como contrapartida, dejaron de entregar cajas de leche en los centros de salud a los que habitualmente las familias recurrían para acceder al alimento. Esta determinación ya se replicó en San Luis, donde algunas salitas de barrios comunicaron la determinación.
“Desde el mes de marzo de 2022, está vigente la transferencia de dinero a las usuarias, destinada a la compra de leche entera fortificada desde el ministerio de Salud de la Nación, a través de Anses, por lo cual no se recibirá por parte de la dirección Nacional de Salud Perinatal el envío de leche entera fortificada”, difundieron desde el ministerio de Salud provincial y el mensaje se replicó en los centros de atención primaria, entre ellos en el Centro de Salud "Dr. Julio Bona".
Explicaron que el lácteo “deberá ser adquirido directamente por parte de las personas usuarias, que acrediten los mismos requisitos que se les solicita para el cobro de AUH”. Y subrayaron que los efectores de salud no seguirán entregando el insumo.
La medida que adoptó la Nación generó polémica a raíz de que según especialistas, el monto establecido representa menos de la mitad del consumo de leche que necesitan los menores. Y advirtieron que esto puede impactar en el desarrollo de los más pequeños.
En San Luis, también ajustaron la entrega que está enmarcada dentro del Plan con Leche Salud, que tiene por objetivo lograr fortalecer el aporte alimentario en grupos vulnerables. En casos de enfermedades, deben presentar informes o certificados.
La provisión para estos sectores es de uno o dos estuches, dependiendo la situación de cada uno. En estos, están incluidos los que presentan diagnóstico eutrófico, riesgo nutricional o bajo peso, riesgo social, celíacos, intolerantes a la lactosa y discapacitados. A ellos se suman los mayores de 65 años.
Desde el ministerio de Salud de San Luis aclararon que para acceder a los beneficios es necesario acreditar que no tienen obra social, poseer residencia de más de dos años en San Luis y los controles sanitarios deben estar actualizados.
Si poseen Dosep, deben corroborar si la entrega forma parte del plan social con el que cuentan.
La medida adoptada por el Gobierno se produjo en medio de altos índices de pobreza e inflación que se replican en todo el país y de la cual San Luis no se encuentra ajena.
Justamente, la provincia reportó uno de los datos más preocupantes a nivel nacional. En el primer trimestre de 2022 los precios subieron en un 17,5%.
Por su parte, en el segundo semestre de 2021, la pobreza alcanzó al 47,8% de la población. Es tercera jurisdicción más pobre del país.
Una de las voces que expresó la disconformidad con la disposición de Nación fue directora de Maternidad e Infancia de Mendoza, Mónica Rinaldi, quien explicó que en la provincia vecina suministraban “dos kilos a las embarazadas, a las puérperas (mujeres postparto) y a los chicos desde los seis meses a los dos años de edad”. A su vez, si los menores “tenían bajo peso o riesgo nutricional se aumentaba a 3 kilos”.
“Es decir, a la mayoría se les está dando la mitad del dinero para comprar leche. Con los 800 pesos alcanza sólo para un kilo de leche que alcanza para 13 días”, afirmó la funcionaria.
Según la liquidación realizada por Anses en San Luis, en enero eran 47.818 las personas beneficiarias de AUH y 1100 las de AxE.
Otro de los inconvenientes que surge con el depósito del dinero y la no provisión del alimento, es que en el mercado no existe la leche medicamentosa que el Gobierno debe adquirir a grandes empresas. Esto se realiza por medio de un régimen especial de fórmulas con minerales y vitaminas, determinado por ley.
“Se está haciendo un ajuste sobre la población más vulnerable. Discontinuaron un programa histórico, que proveía a miles de centros de atención primaria. No solo se entregaba alto contenido nutritivo a los chicos, sino también a las madres”, cuestionó el médico y ex ministro de Salud nacional, Adolfo Rubinstein, en declaraciones a La Nación.