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Tras la operación en Buenos Aires, Juan David ya está en San Francisco para transitar una nueva vida

Fue intervenido por la enfermedad del “pecho hundido”, y la ayuda de la comunidad para costear los gastos fue clave. Ya de regreso a su pueblo natal comenzará la etapa de recuperación. “No hay palabras que explique el cariño y apoyo que recibimos”, dijo la madre.

Juan David junto al personal médico del Hospital "Dr. Ricardo Gutiérrez" de Buenos Aires.
Actualizada: 22/05/2022 21:53
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Juan David Romero y su mamá, Silvia Amieva, regresaron a San Francisco hace pocos días luego de pasar por uno de los momentos más complicados de la vida.

Su madre contó que gracias al apoyo y acompañamiento de muchas personas lograron superar el obstáculo para que Juan David comience a transitar una nueva vida.

“Estoy muy agradecida, nunca pensé que iba a recibir todo este cariño de la gente, con tanta solidaridad. Fue algo hermoso que me dejó sin palabras. Estoy muy feliz”, sostuvo en declaraciones a El Chorrillero.

Para reunir dinero, la mujer hizo empanadas y vendió pan casero. También la ayudaron con rifas y diferentes eventos, dado que es madre soltera de cinco niños y es beneficiaria del Plan de Inclusión Social.

Cuando Juan era pequeño le detectaron pectus excavatum o más conocido como la malformación de “pecho hundido”. Año tras año el cuadro se agravó debido a que la presión sobre los pulmones y el corazón aumentaban un poco más.

El 31 de abril viajó con su mamá hasta la Ciudad de Buenos Aires para someterse a la cirugía en el Hospital “Dr. Ricardo Gutiérrez”. Si bien el procedimiento se demoró dos semanas, por un aumento de casos de coronavirus, el 11 se pudo concretar.

Fueron 4 horas y 40 minutos en el quirófano donde los médicos lograron reposicionar el pecho. A ello se le sumó un susto en las primeras 24 horas en el que sufrió una descompensación pero la rapidez de los profesionales hizo que no pasara a mayores.

Tras unos controles, el jueves pasado le dieron el alta, se subió a un micro de larga distancia y regresó a la provincia para continuar la recuperación. Hoy, ya está en su casa junto a sus hermanos.

“La gente me llama, me preguntan cómo está, me piden fotos y videos para saber cómo está, el apoyo fue vital. Hubo cadenas de oraciones, apoyo por las redes, todo. Estoy muy agradecida desde el fondo de mi corazón”, indicó Silvia.

El Gobierno provincial le costeó las prótesis que Juan David necesitaba, el transporte y el alojamiento.

“Él se siente raro al tener su cuerpo en el lugar donde debería estar. Está con bastantes dolores, los médicos me aclararon desde el principio que era una operación grande”, indicó.

Con ibuprofeno 400 y dos miligramos de morfina, suaviza los dolores. El siguiente paso es disminuir la carga de analgésicos a medida que pueda.

Luego acudirá a sesiones de rehabilitación y otros controles para medir el ritmo cardiaco, entre otras cosas.

“Si bien ahora se cansa bastante, este es un primer paso para su nueva vida, que será para siempre”, culminó Silvia.

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