¿Cuánto necesitan subir los sueldos en el Estado y el sector privado de San Luis para que una familia no sea considerada pobre?
En medio de la escalada inflacionaria y la suba del dólar, el Indec detalló que se requieren $104.217 para no caer en la pobreza y $46.525 en la indigencia. El escenario para trabajadores estatales, beneficiarios sociales en la provincia y jubilados.
Este jueves el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) publicó el informe mensual de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y de la Canasta Básica Total (CBT) y mostró la compleja coyuntura que se debe afrontar en San Luis y el resto del país.
Según reflejó el organismo nacional, el incremento en junio fue de 4,6% respecto a mayo. De esta manera, una familia compuesta por dos adultos y dos niños necesitó $104.217 para no ser pobre y $46.525 para no ser considerada indigente.
El dato no es nada menor ante el contexto recesivo marcado por la elevada inflación del 36% del primer semestre y del 63,2% en la comparación interanual.
A ello hay que agregarle la suba de precios registrada este mes y la acelerada depreciación de la moneda argentina ante la suba del dólar que hasta este jueves se ubicó en $337 en el ámbito informal.
¿El resultado? Que los ingresos de las familias puntanas cada vez alcanzan menos y la gran mayoría ni siquiera se acercan al umbral de la pobreza.
Para graficar lo dicho es necesario conocer el salario que reciben y en cuánto tendrían que multiplicarse para poder llegar a la línea definida por el Indec.
Con los últimos aumentos, la administración pública está muy alejada de los valores que se requieren. Por ejemplo, un trabajador de la categoría F recibe $66.464,40, por lo que necesita una suba del 100%.
Un rubro en la actividad privada que se encuentra en una situación similar es la construcción. De acuerdo al Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), los obreros sanluiseños perciben $74.6267.
Así, sus sueldos deben crecer un 86% para no ser considerados pobres.
Los beneficiarios del Plan de Inclusión Social son quienes presentan el contexto más delicado con sus ingresos de $27.500 (con los descuentos de Dosep). Para llegar al umbral el Gobierno tiene que multiplicarlo por 3,8 veces.
La jubilación mínima, por otro lado, llegó a $37.524,96 con el reciente incremento. Los ingresos deben ser 2,8 veces mayores.
Estos indicadores son decisivos para medir el impacto de la crisis económica en lo social. Eso sucede porque la canasta básica, que además de alimentos incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o educación, determina la denominada línea de pobreza.
El Indec también realiza un muestreo para medir cuál sería el umbral de ingresos necesario para familias de otro tipo. Así, por ejemplo, un hogar compuesto por una mujer de 35 años, su hijo de 18 años y su madre de 61 años requirió $82.969 para no caer.
Y otro grupo compuesto por un varón y una mujer, ambos de 30 años, y tres hijos de 5, 3 y 1 año, necesitó $109.613 como ingreso mensual.