BOLSILLOS EMPOBRECIDOS
Las ventas en los mayoristas cayeron alrededor de un 35 % y los puntanos ya optan por “terceras marcas”
Desde mediados de agosto los pasillos de los comercios reflejan la compleja situación que ha provocado un cambio de preferencia a la hora de comprar para adecuarse a los salarios. En San Luis, uno de los factores que colaboró con la disminución del consumo fue que los bancos retiraron las promociones.
La crisis económica ya dejó de ser una novedad, el dinero no alcanza y cada vez cuesta más poder adquirir los productos de la canasta básica. Este panorama se ve desde mediados de agosto en los mayoristas y supermercados de la ciudad de San Luis.
Según la información a la que pudo acceder El Chorrillero las ventas cayeron alrededor de un 35% en relación al primeros días del mes anterior. A nivel nacional, en agosto las ventas retrocedieron un 7,3%, según un relevamiento realizado por la consultora Focus Market.
“No viene nadie por ende las ventas bajaron muchísimo y el motivo principal es que no hay plata. El mes anterior estuvo igual, es increíble porque antes se movía todo el mes”, señaló el gerente de Maxiconsumo, Eduardo Luna ante la consulta de este medio.
Otra de las cuestiones que deja a los mayoristas y supermercados con sus pasillos vacíos es que desde las entidades bancarias han retirado las promociones con las que se podía sacar hasta 12 cuotas o solía haber descuentos en días específicos.
Bajo estas circunstancias, las primeras marcas dejaron de ser una las opciones del público. Ahora optan por segundas o terceras marcas para adecuarse al nivel salarial. En el caso de los supermercados se suele llevar productos de la propia cadena que marcan una gran diferencia entre los precios respecto a los productos de primera línea.
“Ahora se llevan lo justo y necesario. Por ejemplo, en el caso de los lácteos que tuvieron una gran alza en sus valores se dejó de comprar. También todo lo que tiene que ver con los artículos de limpieza y cuidado personales”, dijo Luna.
El bajo consumo se hace evidente cuando a la hora de recorrer los distintos establecimientos se observan las cajas vacías en las horas pico y en la prolijidad de la mercadería en las góndolas porque ya no cuenta con la vorágine de no tener tiempo para reponer los productos.