Un joven de El Volcán denunció abuso policial: le pegaron patadas, cachetadas y le robaron el casco

Todavía con angustia y sin entender, Jeremías Sosa decidió contar lo que debió pasar el sábado pasado en El Volcán. En una publicación en Facebook se presentó y denunció el abuso que ejercieron dos policías. que incluyó moretones en un brazo, cachetadas, patadas y hasta que le robaran el casco de su moto.

Relató que entre las 18 y 19 de ese día emprendió viaje hacia la localidad, previo a eso había cargado combustible en Juana Koslay y ya pasando La Hoya se cruzó con una camioneta de la Policía en la que iban dos oficiales. Contó que le tiraron el vehículo encima y casi chocándolo le dijeron que frenara.

“Del susto de casi chocarme sigo manejando. Unos kilómetros después me freno y ellos me vuelven a tirar el móvil encima y me piden que me baje de mi moto. Yo me bajo, me saco el casco y lo dejo en el manubrio de mi moto”, continuó.

Después de eso, recordó que uno de los efectivos se bajó de la camioneta y lo agarró del brazo apretándolo “muy fuerte de forma agresiva”. Le preguntaban por qué estaba escapándose. Después lo instaron a que se tirara al piso, él le consultó el motivo y éste le pego una cachetada en la nuca y lo empujó.

“Inmediatamente me tiré al piso para hacerle caso y que no me siga agrediendo. Cuando yo estoy en el piso me dice que me ponga boca abajo y cuando yo volteo para mirarlo, su compañero se dirige hacia mí y me pega entre dos y tres patadas en el pie y en la pierna izquierda”, siguió en el posteo.

El joven le preguntó por qué le pegaba y le explicó que no había frenado por miedo, y porque no tenía el seguro y su carnet estaba vencido.

“En ese momento el oficial me dice que me quede callado, agregando más insultos a su vocabulario y además de eso pegándome dos cachetadas en mi cara del lado izquierdo. Pasada esa situación cargan mi moto y me hacen subir al móvil y me llevan hasta la comisaría de El Volcán”, agregó Sosa.

Mencionó que los insultos continuaron y le manifestaban que debían haberlo dejado en el calabozo toda la noche.

Una vez que le labraron la infracción le dijeron que se podía ir, pero la moto iba a quedar secuestrada.

“Antes de retirarme les brindé mis disculpas por no haber parado en el momento en el que me lo piden. Y les pedí si por favor podían darme el casco. El oficial me dice que yo no tenía ningún casco cuando en verdad si lo tenía. No logro entender qué hicieron con mi casco”, afirmó.

Luego de todo eso, fue nuevamente hasta la comisaría con su papá, quien es el titular de la moto. “En el momento de la charla los oficiales en un principio niegan que me pegaron y también haciendo un falso testimonio de que yo no tenía mi casco puesto”, precisó.

Sosa aclaró que decidió hacer público lo sucedido para pedir justicia: “No maté a nadie, no robé, no le pegué a nadie, ni siquiera le falté el respeto a ellos a pesar de que me maltrataron. Solo me quedé callado”.

“Toda la gente de mi pueblo sabe que yo vengo de una familia muy respetuosa, que nunca tuvo problemas con nadie.  Yo sé que no soy santo porque nadie es perfecto, pero yo no soy una persona que destaque por hacer cosas malas o desagradables. Todos los que me conocen saben cómo soy y el respeto que les brindo a todos”, finalizó.