Preocupación en el Barrio El Criollo por los hechos de inseguridad

El miércoles a la 1:30 sobre calle Juan B. Justo, entre Intendente Olloqui y Esteban Agüero le sustrajeron la cubierta a un auto que estaba estacionado en la calle. Este tipo de situaciones se repiten en varias zonas de la ciudad. “Como vecinos propongo que estemos atentos a los demás porque esto tiene que terminar”, publicó una mujer que dio a conocer el caso.

Anteriormente, a las 20 otro vehículo por la calle Zavala Ortiz, en la entrada del Barrio Independencia, sufrió las mismas consecuencias.

Una habitante del Barrio El Criollo” aseguró que “se ven pasar chicos varias veces en el día con carritos de supermercados”. De ese modo, como ya se advirtió en otras zonas, los ladrones transportan elementos robados.

En diálogo con El Chorrillero, la mujer reclamó que están inseguros: “No se puede salir a comprar con el teléfono porque te lo roban”. Muchas de las víctimas son mujeres: “Las hemos visto corriendo desesperadas porque les robaron la mochila o el celular”.

Aseguró que estas situaciones se repiten “todo el tiempo”.

“Si estás sentado en la vereda y pasan unos pibes corriendo, seguro es porque robaron algo”, dijo.

Es “normal” que los delincuentes caminen por los techos de las casas en cualquier momento del día. Los vecinos procuran tener las puertas que dan al patio cerradas para evitar que entren y les lleven todo.

La mujer opinó que la Policía “deja bastante que desear”, y apuntó al tiempo que deben aguardar la presencia de los efectivos cuando piden ayuda: “Llegan media hora después, como mínimo”.

Advirtió que “hacen recorridos por la zona”, pero no “de manera eficaz”. Sostuvo que los malvivientes “andan igual, como si burlaran” de los efectivos.

Por otra parte las cuadras del barrio no tienen buena iluminación. Algunos vecinos dejaron de poner focos afuera porque “se los quitaban” para que la zona esté siempre a oscuras.

“La calle Esteban Agüero desde Juan B. Justo hasta Lisandro de la Torre es la boca del lobo”, comentó la vecina.

En enero reclamaron por la inseguridad en la zona. “El Criollo está liberado”, expusieron en ese momento para graficar una realidad que ahora es más preocupante.