Entraron por la churrasquera y desvalijaron una iglesia cristiana; se llevaron instrumentos musicales
Está ubicada en el Barrio Ciudad Jardín. También sustrajeron 50 sillas y la vajilla.
El martes a la tarde una vecina pasó por el Centro Familiar Cristiano ubicado en Alelíes 155, en el Barrio Ciudad Jardín, y encontró la puerta abierta. Entonces advirtió que algo raro había pasado.
Cuando los encargados entraron al salón donde funciona la Iglesia cristiana, lo encontraron prácticamente vacío.
Los delincuentes habían robado dos parlantes, una consola, un órgano, un bajo, una guitarra, 50 sillas negras, 2 reflectores, utensilios de cocina, cortinas, micrófonos, mantos de danza, manteles, cables y un ventilador industrial.
“Lo único que alcanzaron a dejar fueron dos parlantes que estaban colgados cerca del techo y una batería”, manifestó Analía, una allegada a la iglesia, en diálogo con El Chorrillero. “Se ve que no llegaron a sacarlos”, agregó.
El pastor de la iglesia realizó la denuncia. “Nos dijeron que si andaban ofreciendo las cosas por el barrio llamáramos y los entretuviéramos en casa hasta que ellos llegaran”, según sostuvo la mujer.
Los vecinos suponen que los ladrones “acarrearon las cosas” caminando porque en el lugar no hay huellas de vehículos. Para cometer el delito no fue necesario forzar ninguna puerta, ya que entraron por la churrasquera. Y para salir abrieron la puerta "que estaba trabada con palancas de fierro desde adentro”.
El barrio está cada vez más inseguro: "Están robando muchísimo”.
“Era un muy tranquilo y lamentablemente ahora no. Anoche un vecino se cruzó a avisarme que tuviera cuidado porque iban y venían dos chicos encapuchados”, contó.
Sostuvo que hay “una sensación de miedo a que te vayan a romper la puerta mientras estás adentro”.
Los habitantes de la zona reclamaron en reiteradas veces por las luminarias de las calles, pero no obtuvieron soluciones.
“Cuando doblás de la colectora, te metés una cuadra y ya no hay luces”, advirtieron.
En los alrededores hay terrenos con “muchas malezas” donde los delincuentes suelen esconder los objetos robados.