P. Oro: “Si al periodista le gusta un gobierno, debe mirarlo desde la actitud crítica no la del militante del bombo”
Es formador de futuros periodistas, con oficio y trayectoria en los medios radiales y televisivos locales. En una entrevista a “Cuarto de Hora” analizó el periodismo de San Luis, la precarización laboral y la actualidad política.
Desde hace algunos años se desempeña como docente de la carrera de periodismo en la Universidad Nacional de San Luis y todos los días conduce “Primera Hora” por Radio Digital. También es director de noticias del Canal de Cable CTV. Trabajó en las radios Popular, Dimensión (3 etapas), Siempre y Universidad y en el diario Popular de San Luis. Además formó parte de los periódicos digitales Unlugar.net y Cuyonoticias.
Se convirtió en una opción en la primera mañana, el “prime time” de la radio.
Pablo Oro se recibió de licenciado en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Córdoba con la certeza de que el periodismo era su pasión, aunque “se sufra como un perro”.
Defiende la formación académica y la teoría; como así también inculca que “nada funciona” si no hay vocación; que no es fácil ser periodista y que “no es para cualquiera”. A sus alumnos siempre les pide que “defiendan sus derechos”.
En la crítica sostiene que una debilidad en San Luis es la ausencia del periodismo de investigación, que tampoco hay ámbitos para desarrollarse profesionalmente y que existe una precarización laboral. “Nos preocupamos más por los conflictos de otros sectores que por los nuestros”, cuestionó durante el diálogo que mantuvo con Daniel Miranda en el estudio de El Chorrillero web TV.
Dice que cree en las nuevas generaciones y confía en que los profesionales que se vienen tendrán "la mentalidad” para cambiar esos aspectos que “llevan muchos años”. Sostiene que no existe “la objetividad” en el periodismo, pero las personas que ejercen el oficio deben actuar con honestidad intelectual.
-¿Se jerarquizó la profesión de periodista con la creación de la carrera en San Luis?
Yo creo que sí. De hecho te lo puede contar gente avanzada en años que comparten medios con nosotros. Te dicen que no tenían una universidad o un ámbito académico para formarse. Dicen que no era muy bien visto aquel que estudiaba o que quería formarse para ser periodista.
Hoy la formación es muy importante en el sentido teórico. Uno puede adquirir técnicas pero si no las sabe aplicar y no tiene pasta para el oficio, de nada servirá esa formación.
La formación da un plus, que a la hora de la sana competencia entre colegas, termina resolviendo aquel que tiene mejor formación.
Lo comparo con la preparación de un buen auto. Si está bien preparado a la hora de una situación límite sabrá resolver con profesionalidad. Si no estás preparado con herramientas teóricas de la profesión eso se va a notar.
-¿Qué les inculcás a los alumnos de periodismo?
Esto es vocación pura. Es una profesión media ingrata, estás permanentemente en el ojo de la tormenta, existe mucha precarización laboral. Si no lo llevás en el alma y no te gusta, no vas a poder pasar por todas las vicisitudes.
Es meterle para adelante, te tiene que entender tu familia, quienes están con vos; no es para cualquiera ser periodista. La formación es un plus muy importante, pero si no tenés vocación no funciona.
-¿Cuáles son las fortalezas y debilidades que tenemos los periodistas de San Luis?
Tenemos más debilidades que fortalezas. Fortalezas es que hay muchos con vocación. Debilidades es que lamentablemente a veces no hay ámbitos laborales para desarrollarse.
Si tuviera que ser crítico con el periodismo de San Luis, y me incluyo porque yo también lo hago, es que nos falta mucho de periodismo de investigación.
Hacemos periodismo de rutina, pero nos hace falta profundizar en cuestiones. Falta periodismo de investigación, en pocos casos los hay.
-¿ De quién es la responsabilidad que no haya periodismo de investigación en San Luis, de los periodistas o las empresas periodísticas?
Es de todo un poco. Conozco a colegas que están muy endebles laboralmente, uno va hasta por ahí nomás, salvo que tengas respaldo de un medio que te diga “vaya para adelante”, no hay muchos lugares que te banquen.
-Sos un periodista que expresa abiertamente la problemática de la precarización laboral en las empresas periodísticas. ¿Hasta dónde somos responsables de esa realidad?
Es compartido, porque nosotros no hacemos valer nuestros derechos. Siempre propuse en el ámbito de la universidad (UNSL) donde estoy, que también debe haber una formación en nuestros derechos como trabajadores.
Somos igual que cualquier otro, sin embargo nos preocupamos más por los conflictos de otros sectores que por los nuestros.
Hay sectores del periodismo que están contenidos por un gremio, como la gráfica. Pero hay una gran mayoría que no está en ningún lado y por eso no están en sus mejores condiciones.
No es solo en San Luis, lo hablás con colegas de Córdoba, Buenos Aires, salvo con gente de grandes medios, y la situación es igual.
La situación de precarización laboral no se presenta solo en Argentina sino también en Latinoamérica. Adriana Amado ve la situación de los periodistas en el mundo y te dice que Argentina está “flojita”.
Obviamente hay responsabilidad de las empresas, hay algunas que quieren hacerlas bien y otras que no. Nacen como una aventura sin contar que tendrán gente a su cargo. Me ha pasado a mí, yo quiero trabajar y después vemos en qué condiciones.
A los chicos les digo esto: traten de hacer valer sus derechos como cualquier otro trabajador.
-¿En concreto, hay alguna idea que sea el punto de inicio para abordar el problema por lo menos?
Hay que juntarse y hablar.
-Una toma de conciencia por parte nuestra…
Claro, como colectivo de periodistas, creo que pasa por ahí. Creo mucho en las nuevas generaciones. Al ser una provincia formadora de periodistas yo confío mucho en que los nuevos profesionales tengan esa mentalidad y puedan generar un quiebre a una situación que ya lleva muchos años.
-Miremos al periodismo desde otro lado, durante el kirchnerismo se habló mucho sobre el periodismo militante ¿qué pensás sobre eso?, si es que existe para vos.
Creo que existe. Yo respeto el periodismo militante si es honesto con lo que está llevando como bandera. Respeto más a ese tipo de periodismo que aquel que opera, que hace como que es periodista y en realidad está operando.
Si vos te remontás al nacimiento del periodismo las primeras publicaciones eran para difundir prensa partidaria. De todas maneras cuando nos introducimos en la prensa norteamericana y británica nos ceñimos más dentro de lo objetivo, más allá que lo objetivo no existe. La objetividad no existe, existe la honestidad intelectual, lo que te hace ante tu gente ser honesto con lo que vos pensás y la forma de actuar.
-¿Vos prefieres que un periodista no se pronuncie a favor de un partido político o un gobierno?
Particularmente no, porque pienso que es más propaganda que otra cosa. Pero tampoco está mal que lo hagan porque se identifican y lo dicen abiertamente.
Respeto más a ese que aquel que se escuda bajo el rótulo de objetivo y en realidad no lo es. Es una vieja discusión que debemos darnos.
Yo entiendo que el periodista nunca tiene que perder su actitud crítica, si vos te embanderas sin ningún tipo de actitud crítica hacia ese sector, perdés la esencia de lo que es el periodismo, porque el espíritu crítico no lo tenés que perder nunca.
Si te gusta ese gobierno está bien, pero miralo desde una actitud crítica no la del militante del bombo.
A nivel nacional vemos periodistas que se los embanderaron con el kirchnerismo pero han sido críticos con algunas cuestiones.
Creo que está bien que se muestre la creencia religiosa, política, su ideología, pero que lo diga, que sea honesto con su audiencia.
-Conduces desde siempre programas de actualidad y la política está en la agenda ¿se cerró la grieta?
No, siempre va a haber grieta. Quizás haya sido más evidente en los últimos años por esto de que volvieron algunos términos que antes no estaban en el lenguaje de los medios como “gorila” o “el de derecha”, nosotros lo escuchábamos por nuestros padres, de viejos militantes de la política. A nosotros como jóvenes nos costaba entender el significado de esos términos.
Lo que ocurrió es que sectores interesados decían blanco o negro, no existían los grises.
-¿Entonces se profundizó durante el kirchnerismo?
Creo que sí, más allá de reconocerle cosas buenas al kirchnerismo, me parece que en ese aspecto no se colaboró. Ahora, la grieta, existió siempre: Boca- River, peronistas- radicalismo.
Quizás si lo llevás al periodismo no estábamos tan acostumbrados que haya voces disidentes, más allá que entendamos la lógica de los medios de comunicación y la lógica empresarial con intereses que trascienden el del televidente.
Lo bueno de todo esto es que programas que se los tildaban de militantes desenmascaran un discurso de grupos económicos importantes que querían imponer una forma de pensar.
Grieta va a haber siempre, no todos vamos a pensar igual nunca. Se podrá achicar si decimos de hacer una sociedad de más consenso. Pongamos las cartas sobre la mesa y busquemos un punto en común, hoy parece imposible.
Buscar coincidencias entre kirchnerismo y macrismo me parece que no se puede, por más que este Gobierno asumió con la misión de achicar la grieta. No creo que haya cambiado la situación.
-Según vos la grieta no debería asustarnos…
No, no debería ser tan dramático, me parece que la grieta la tendremos siempre porque en la sociedad argentina somos así, es blanco o es negro y no existen los grises. Me pasa cuando converso con familiares o amigos, dicen sos kirchnerista o sos macrista.
Me parece que en los últimos años se exacerbó mucho esa grieta. De todas maneras hay cuestiones de fondo, como la forma de hacer política. El tema de corrupción ha tapado esas diferencias. Hoy se discute quién es más corrupto que otro.
Hay mucha gente que votó enojada con el gobierno anterior y votó a Macri. Ahora dicen que no quería esto. Era un modelo de país que estaba claro de entrada.
-A pocos días de la PASO no puedo dejar de preguntarte cómo ves el panorama electoral provincial…
Con mucha incertidumbre. Es muy raro lo que pasa en San Luis, dos candidatos a senador que en realidad se están midiendo para 2019. El medio término es un peldaño para ir por algo más ¿Cómo le explicás eso a la gente? Fijate los dos discursos: uno dice que es el cambio necesario para llegar a 2019 y el otro dice que tenemos que seguir y cuidar lo que tenemos. Muchos dicen: con qué necesidad Adolfo Rodríguez Saá, a los 70 años, será otra vez senador y querer o tener la intención de ser gobernador de la provincia con tantos años en el poder, no tiene una explicación lógica.
La gente está confundída. Dice, si Poggi estaba con Adolfo, los kirchneristas hasta hace dos meses eran opositores de Adolfo. La gente trata hoy de entender. Se ha montado la antinomia del modelo Macri o el modelo San Luis. San Luis siempre fue la patria chica, independientemente de lo que ocurriera a nivel nacional.
-En tu cuenta de twitter tienes la frase de García Márquez “aunque se sufra como un perro no hay mejor oficio que el periodismo”, ¿Por qué?.
En realidad tiene que ver por experiencia personal. Es lo que se intenta inculcar a los chicos como decía antes, hay que tener vocación, si no hay vocación estas cuestiones de sufrimiento de la profesión no te las vas a bancar. No es fácil ser periodista en la Argentina.
-Al mismo tiempo es un privilegio…
Es hermoso. Si me dieran a elegir otra vez el periodismo, lo haría. Amo lo que hago, con pasión, algo que es imprescindible en el periodismo.
Los periodistas somos como una raza rara, porque no es solo estar en la televisión, llevamos adelante valores que tienen que ver con un mundo mejor. Decimos “esto está mal, difundamos para que cambie”, “esta gente está sufriendo, ayudémosla de esta manera”.
Volvemos a la primera parte, la de la responsabilidad con nuestra audiencia. No solo es decir la opinión justa o demostrar el criterio de lo que debe saber la gente, es un granito de arena para una sociedad mejor.
Producción periodística: Catalina Ysaguirre, Video: Víctor Albornoz, Edición: Nicolás Miano, Fotografía: Marcos Verdullo; Diseño Gráfico: Alejandro Navarro.